Carmen Noyola, una salvadoreña que se deja en la cancha de baloncesto y en la oficina

La basquetbolista ha logrado no sólo una prolongada y destacada carrera deportiva, sino también ha dado pasos importantes a nivel académico y laboral a base de disciplina

descripción de la imagen
La salvadoreña Carmen Noyola divide su vida entre el BKB y la gerencia de comunicaciones de una empresa generadora eléctrica. Foto / Cortesía Carmen Noyola

Por César Najarro | Twitter: @cjnajarro

2021-03-11 6:22:47

Con apenas 6 años, ya sobresalía por su altura ante sus compañeritas. Pero lo que comenzó como un juego, rápidamente se convirtió en pasión, y esto la llevó a un estilo de vida que adoptó casi de manera natural. Hoy, tras 22 años de carrera deportiva, Carmen Noyola hace una pausa en su agitada agenda, que combina con su profesión y las cestas, y repasa una vida marcada por la disciplina, el amor al deporte, el apoyo familiar, los sacrificios, pero también las alegrías.

A las puertas de un Centrobasket en el que El Salvador será sede, Carmen se entrena para tratar de representar al país de la mejor manera. Lo hace de tres a cuatro días de lunes a viernes, de 6 a 8 de la noche, luego de trabajar de 8 a 5 para la Compañía Eléctrica Cucumacayán, a donde es gerente de comunicaciones.

La tierna imagen de una basquetbolista que amamanta a su hija en un partido y que conmovió al mundo

“Siempre ha sido impresionante la diferencia entre lo que perciben los hombres y las mujeres por jugar baloncesto”

Carmen Noyola, La Frase.

Además, los sábados hace doble turno, uno matutino y otro vespertino, y el domingo va de 9 a 11 a.m. Está así desde finales de enero, cuando, por fin, la pandemia permitió realizar prácticas más “normales”, del baloncesto tradicional que se conoce, en conjunto, y luego de una etapa marcada primero por las prácticas virtuales, y luego por las presenciales pero individuales, en las que no había más de tres compañeras en cancha, y en las que ni se pasaban el balón.

Lo hace, además, tras superar su segunda lesión de gravedad. Justo en diciembre de 2019 se operó tras romperse el ligamento cruzado de la rodilla derecha y dañarse los meniscos. Estaba por ingresar a las finales con Santa Tecla, de la Liga Mayor de BKB, equipo con el que ya se coronó en cinco ocasiones, y en la que fue subcampeona en la última.

Justo cuando ya podría volver a cancha para recuperar poco a poco la forma física, se vino la encerrona, y tuvo que pasar momentos duros, en los que aumentó de peso, frustraciones por pensar que ya no sería la misma. Pero su experiencia deportiva, marcada por la disciplina, le permitió forjar un pensamiento positivo para creer que todo es posible. Y hoy está de vuelta, con los ánimos de dar lo mejor de sí.

Carmen es la más grande de todas (número 11). Desde chiquita, sobresalió por su estatura. Ahora mide 1.77. Foto / Cortesía Carmen Noyola

Todo comenzó cuando en el Colegio Champagnat ordenaba su vida en torno al deporte. Confiesa que se hizo disciplinada porque prefería terminar tareas o estudiar para los exámenes antes de ir a los entrenos, pues no le gustó nunca faltar – “ afectas a todo el equipo si no vas ”, dice – y tampoco era de las que le gusta tener la mente puesta en otra cosa. “Es mejor hacer al 100% algo, si es trabajo, trabajo; si es tiempo de calidad con tu familia, pues familia”. Esa es su filosofía, la que aprendió del deporte.

Esa misma le valió para seguirse desarrollando en lo académico y en la cancha, para ser capitana del Champanat, y luego los 4 años y medio que estuvo en la Universidad Dr. José Matías Delgado. Sí, sacó su licenciatura en Comunicaciones antes del tiempo regular. A la par, en los últimos dos años, ya trabajaba en Grupo Megavisión. Salía corriendo de clases al canal, luego de nuevo a clases, y luego al entreno. En ese trajín, fue capitana del equipo que se coronó como campeón de los Centroamericanos y del Caribe Universitarios, en 2014.

Milito en Survivor, Puerto de La Libertad y Seven, de la extinta Liga Femenina, y luego ha formado parte de la Liga Mayor de BKB, a donde se siente feliz, pero eso no le limita a señalar las diferencias que las mujeres enfrentan en relación a los hombres.

Carmen, que además estudió una maestría en Dirección Estratégica, lo tiene claro. “Un hombre ahora puede vivir del baloncesto en El Salvador. Puede ganar hasta 2 mil dólares. Una mujer creo que nunca ha ganado ni mil. Ni siquiera las extranjeras que vienen a reforzar al equipo. Una mujer ahora puede llegar a ganar unos 500 dólares, la diferencia es enrome”, sostiene.

Carmen, un partido con Santa Tecla, equipo con el que ha ganado 5 títulos de la LMBF. Foto / Cortesía Carmen Noyola

“El baloncesto forjó mi carácter, me hizo una mujer bastante disciplinada, y lejos de ser un distractor, como muchos padres piensan, me ayudó a enfocarme más”

Carmen Noyola, La Frase.

Eso sí, reconoce que la situación ha mejorado, pues cuando comenzó a jugar de profesional, a los 16, lo hacía por puro amor a la camiseta. Ahora, muchas reciben viáticos, gasolina, y les apoyan cuando se lesionan. Como en su caso, tanto su primera ruptura de ligamento (rodilla izquierda, 2014), como en la segunda, los equipos le respondieron.

También ha tenido que enfrentar algunos estereotipos o a gente que simplemente no entiende la pasión deportiva. “De pronto hay jefes que no apoyan, que nunca han jugado en su vida, y dicen, ve y esta niña porque me va a pedir un permiso para ir a jugar. Me pasó cuando fui a Colombia, al 3x3”, en Barranquilla, a donde El Salvador logró un histórico cuarto lugar, en 2018.

Pero acostumbrada a remar contra corriente, a recibir críticas desde la banca, del entrenador, de la grada, del equipo rival, Carmen sigue hacia el frente. Gerente, seleccionada nacional, ahora hasta aconseja: “El deporte me hizo una mujer disciplinada. Hay padres que piensan que puede ser un distractor por andar jugando. Para mí, fue todo lo contrario, me ayudó a enfocarme más, a lograr las metas de estudio, y a forjar mi carácter, a tener un roce que luego en la vida aplicas para salir adelante”.

Noyola representó al país en Barranquilla 2018. ESA fue cuarto. Foto / Cortesía Carmen Noyola

Vuelve el BKB internacional

Por más de un año, ha estado parado el baloncesto en el país debido a la pandemia, y en cuanto a torneos internacionales, ha pasado aún más tiempo. Sin embargo, este mes se acabó esa espera cuando El Salvador sea sede del Centrobasket femenino, un torneo en el que la Selección Femenina se enfrentará a República Dominicana, Cuba, Puerto Rico, Costa Rica e Islas Vírgenes.

El evento está programado del 24 al 28 de marzo en el Gimnasio Nacional Adolfo Pineda, y es para lo que las chicas se han estado preparando desde noviembre pasado, cuando, tras las distintas fases del retorno del deporte por la pandemia, permitió los entrenos de manera paulatina y escalonada.

Ya a partir de enero (finales), las representantes nacionales se han podido reunir en el gimnasio para entrenarse en grupo, siempre bajo estrictas medidas de bioseguridad. Incluso, cuando alguna ha presentado cualquier síntoma, aunque no sea de la COVID-19, ha sido dada de baja por 15 días.

Cabe recordar que, para este evento, el gimnasio ya contará con una nueva duela, con las dimensiones oficiales de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA).

Puerto Rico es una de las selecciones favoritas, tras ganar la última edición en Manatí, 2018, ante Cuba. El gran ausente será México, que está sancionado. Para este evento en el país, se jugará una única vuelta a todos contra todos y los mejores cuatro se clasificarán al AmeriCup.

La Selección Femenina se prepara para disputar el Centrobasket en el país. Foto EDH / Cortesía Carmen Noyola