Conoce las historias de los dobles medallistas salvadoreños que estuvieron en los Panamericanos

Tres atletas nacionales destacaron como dobles medallistas en los Panamericanos de Cali. ¿Qué hacen, cuál es su edad, qué quieren a futuro? Aquí, sus historias y las de sus familias

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Ivonne Nóchez, Uriel Canjura y Paola Corado fueron los dobles medallistas de los Juegos Panamericanos Junior Cali 2021. Fotos EDH / Archivo

Por Varinia Escalante | Twitter: @VSkalanT

2021-12-27 5:30:27

Ivonne Nóchez, la patinadora de 17 años que sueña con ser campeona mundial

Tuvo un cierre de año en grande. Ganó en los Panamericanos Junior de Cali, fue medallista antes del mundo, y luego se llevó la Espiga Dorada como Estrella Femenina. Y solo tiene 17 años. Es Ivonne Nóchez, la patinadora referente del país.

En Colombia, la juvenil de Soyapango se convirtió en la tercera mejor patinadora del continente, al colgarse dos medallas de bronce en las categorías de 200 metros meta contra meta y vuelta al circuito. Dos terceros podios que ayudaron a la cosecha nacional.

El Salvador y su historia con la participación en los Juegos Panamericanos Junior Cali 2021

Estudia segundo año de bachillerato en FESA, y en junio de 2022 se graduará. Su recorrido es desde muy pequeña. “Inicié a los cinco años en el patinaje, porque mi papá y abuelita me empezaron a llevar, pero no es porque yo lo eligiera. Ya después sí comencé a competir y a ganar, y fui campeona C.A. a los nueve años. Me dije: ‘Puedo lograr más cosas’. Y me comprometí”, recordó.

Si no hubiese sido patinadora, relata que hubiese hecho o se visualizaría que hubiera practicado la gimnasia. “Me gustaba. Me llevaron a clases de baile, pero nunca terminé por completo o un deporte específico que trabajara”, dijo.

A futuro, Nóchez se ve como una profesional a nivel personal y con éxitos deportivos. “Quisiera estudiar nutrición o ser fisioterapeuta. Entre esas dos, estaría mi futuro”, afirmó.

“En el patinaje, ser campeona mundial que es lo que más anhelo. Además, de todo el ciclo olímpico, es llegar al más alto nivel. (...) Siempre quiero entrenar y entrenar para ser la mejor, porque aún no lo he sido, y quedar en el top”, complementó.

Junto a sus padres, Ivonne Nóchez (c) compartió sus medallas panamericanas y la mundial (la sostiene ella). Foto: Cortesía Ivonne Nóchez

Su familia, además, la ha apoyado constantemente en este camino y el deporte ha estado en casa, en otras disciplinas, como su papá que “hizo karate, en sus tiempos de juventud”, sostuvo entre risas. “Mis padres me han apoyado desde siempre”, cuenta con alegría.

Los otros héroes en Cali 2021

Además de los máximos dobles medallistas, se sumaron cuatro atletas nacionales más. Algunos lo hicieron con metal compartido y otros a nivel individual. Así, los salvadoreños Esteban Ibáñez (decatlón, plata), Fátima Centeno (bádminton, plata dobles mixtos), Andrea Ruiz (karate, bronce), Gerardo Rivas (tiro con arco, bronce dobles mixtos) dejaron parte de las ocho preseas del país. ESA cerró, en el medallero general, en la posición 20 (tres plateadas y ocho bronceadas), de un total final de 28 países que sumó preseas Panamericanas Junior.

En ese se cuenta también el que le daba su tía la cantante Isis Gallardo (QDDG). Ella la inspiró con su éxito y la ilumina desde donde se encuentre. “Ella me apoyaba bastante cuando estaba aquí, conmigo. En mi primer Centroamericano, me apoyó. Me sigue impulsando”, se sinceró.

A su corta edad, es un ejemplo para las mujeres salvadoreñas. “Podemos lograr cosas grandes, sin importar lo que la gente diga u opine. No importa la edad, ni la estatura. (...) Espero motivar a mucha gente a practicar el deporte. El patinaje me ha dado mucha disciplina, cuando quiero lograr algo u obtener algo. Me ha dejado esto y a luchar por mis sueños, y si me caigo, a levantarse”, cerró.

Ivonne Nóchez con una de las medallas conseguidas en los Juegos Panamericanos Junior Cali 2021. Foto: Cortesía Indes

“Es un honor para mí siempre representar a El Salvador. Cada vez que lo hago, es una experiencia diferente, distinta y bonita, y siempre trato de hacerlo de la mejor manera”

Ivonne Nóchez, patinadora.

Uriel Canjura, de Suchitoto a ser el número dos de América

Los atletas siempre esperan años para una cosecha en grande. Y eso pasó con Uriel Canjura, el jugador de bádminton quien, en la actualidad, es la mejor carta en este deporte. Doce años después de sus inicios en su carrera como atleta (a los nueve de edad), con el impulso que le dio su padrastro, el originario de Suchitoto se convirtió en el segundo mejor atleta del continente en su disciplina.

En los Panamericanos de Cali, fue el guía del país, no solo al ser el abanderado, sino también al colgarse dos medallas de plata: individual masculina y dobles mixtos. “Ha sido un camino duro, difícil, pero bonito por todo lo que he pasado. Siempre. Alejado de todo desde pequeño, para poder superarme en el deporte”, recordó Uriel, quien después dejó su pueblo en la Comunidad San Antonio, en el cantón Platanares, para entrenar en la capital y vivir en la Villa Centroamericana.

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Atletas de ESA en los Juegos. Esa fue la cifra de nacionales que asistió a los I Panamericanos Junior 2021, de ellos 41 en femenino y 25 en masculino. Lo hicieron en 20 disciplinas deportivas, que dejaron un futuro prometedor para el deporte salvadoreño en ciclo olímpico.

“Mi padrastro (pareja de su mamá), Antonio (Ardón), llevó unas raquetas a la casa y ahí comencé a practicar. Pero al principio, era solo un juego. Luego, ya lo tomé en serio. (...) me gustaba mucho el fútbol, hubiese sido quizás otro camino totalmente distinto en mi vida. Jugaba de delantero, pero mi destino era el bádminton”, admitió.

En la actualidad, con 21 años, se encuentra jugando profesionalmente y estudiando en España. Va para su cuarto año siendo parte del Club Oviedo y está sacando su segundo estudio. “Llevó un grado superior de Gestión en Administración de Empresas. Ya terminé uno de Marketing y Actividades Comerciales. Y más adelante, espero sacar un grado superior de educación física”, detalló.

Uriel Canjura sigue recibiendo el apoyo de su padrastro, Antonio Ardón (i.). Compartió con él sus platas panamericanas. Foto: Cortesía Indes

También su mamá Josetty Marina Artiga y su hermano son claves en su apoyo a distancia, sobre todo ahora que está en Europa y le tocó directo vivir la pandemia en solitario. “Ha sido sacrificio de todos. Para ellos, es difícil que yo esté viviendo lejos. Al final, uno piensa que todas esas cosas valen la pena”.

A futuro no muy lejano, después de que clasificó a los Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018, Canjura lucha por “clasificar a la meta de los Olímpicos de París 2024 y con el módulo de educación física terminado”. “Todos los atletas también tenemos en la cabeza dejar a las generaciones un legado, está presente porque nos gusta y es parte de nosotros”, reafirmó.

“El bádminton significa mucho para mi vida, porque ahora gracias a eso y a Dios soy lo que soy. (...) En los Olímpicos, sueño con ganar una medalla”, expresó.

Se reencontró con su madre, Josetty Marina Artiga, en su casa en Suchitoto. Un abrazo de corazón también con su hermano. Foto: Cortesía Indes

“Me siento orgulloso de ser suchitotense. Feliz de que El Salvador se esté dando a conocer en el continente por el bádminton. Estuvo en dos de tres finales, eso es único”

Uriel Canjura, badmintonista.

Paola Corado, una arquera con pulso juvenil perfecto para el continente

Su sonrisa y su carisma siempre la acompañan. Y en Cali, en lo máximo de los Panamericanos Junior, estuvieron con ella en su mejor momento. Cuando subió al podio, la tiradora Paola Corado sabía que era la tercera mejor arquera del compuesto de toda América, algo que no se logra todos los días.

Y es que la de Santa Tecla tuvo un blanco perfecto y un pulso fino en suelo cafetero. Se encargó de colgarse dos preseas de bronce: individual y dobles mixtos. “Es el punto más alto para mi carrera. El nivel es mayor y la presión es más alta”, reiteró.

Y es que, tras un inicio a los 13 años el crecimiento ha sido rápido, a pesar de que nunca imaginó que se quedaría en tiro con arco. “Fui por mi amiga Marcela Cortez (de recurvo). Me dieron una clase, en el Polideportivo (de Merliot) y me quedé”, dijo la ahora atleta de 18 años.

Su familia es deportiva, su tío es Ernesto Estrada, quien jugó fútbol en L.Á. Firpo, y eso la motivó a competir profesionalmente. “Practiqué gimnasia, dos o tres años, igual baloncesto, por dos años. Me gustaba tenis. No sabía de bádminton, pero hubiese sido una opción. Siempre me ha gustado. Pero ya no me veo en otro deporte”, se sinceró.

En familia. Paola Corado (2a. izq. a der.), con sus padres y hermana, junto a dos históricas medallas panamericanas. Foto: Cortesía Paola Corado

Su actualidad es la de esperar iniciar sus estudios en la universidad. “Terminé FESA en junio, me preparé para Cali, y en 2022 inicio mis estudios de Arquitectura. Siempre es algo que me llamó la atención, dibujar, armar, y decidí por esto”, detalló.

“A futuro, quiero graduarme, con el deporte me pueda llevar más años, pero espero hacerlo. Y formar mi empresa o asociarme con alguien para lograr una empresa de diseño y arquitectura, me gusta el diseño de interiores”, complementó. No olvidó lo más importante: “En el deporte, quiero ser campeona mundial”.

Tener, además, el incentivo de su familia se une a que Roberto Hernández, el máximo exponente del arco en el país, sea su entrenador. “Es un gran entrenador. Tiene muchos conocimientos, experiencia, admiro eso, y nos lo comparte. Es un papá para mí en tiro con arco, es bastante exigente. Te da acompañamiento y te ayuda afuera de lo deportivo”, contó.

Corado luce satisfecha, después de quedar como una top mundial (10), en tiro con arco. Foto: Cortesía Roberto Hernández

En cuanto a ser ejemplo femenino salvadoreño, con sus logros, manifestó: “El tiro con arco es mi todo. Es un sentimiento de orgullo y las mujeres salvadoreñas deben saber que hay apoyo y pueden lograr lo que se propongan y deseen, y cumplir las metas que tienen”.

Sobre el hecho de que fue abanderada, sostuvo: “Es una gran responsabilidad. Pero yo trabajé para poder ganar esas medallas no por eso, sino por mí y por el país. Es una alegría cumplir las dos cosas. Felicidad extrema. El tiro con arco significa la perseverancia y disciplina que pueda tener si me propongo ciertas metas. Como dije: es mi todo”, sostuvo.

“Es una experiencia excepcional. Increíble. Es fruto del trabajo y de cumplir los objetivos del año. Ganar las dos medallas significa un paso más para llegar a logros más grandes”

Paola Corado, tiradora con arco.