No hubo remontada épica por parte de los Astros, no pudieron convertirse en la séptima franquicia que ha remontado un 3-1 en Serie Mundial (los Cachorros de Chicago en 2016 ante los Indios de Cleveland fueron los últimos), después de la exhibición ofensiva y de pitcheo de su bullpen en el juego 5 en que comenzaron perdiendo en la primera entrada con un Grand Slam de Adam Duvall, y que de a poco fueron fabricando carreras para terminar ganando y forzar el sexto partido en el Minute Maid Park en el que si ganaban, empataban la serie y se iban a por todas en un séptimo partido que seria una moneda al aire.
Los Bravos son los Campeones de la Serie Mundial 26 años después, tras vencer a los Astros
Pero se estrellaron contra el Tomahawk de los Bravos y su poder ofensivo que a base de palos borraron cualquier esperanza de reacción de los Astros quienes veían impotentes cómo su rival iba sumando carrera tras carrera, home run tras home run y no hallaban la forma de generar peligro ante su pitcher abridor Max Fried y sus relevistas quieres silenciaron los bates de los Campeones de la Liga Americana a tal grado de no poder anotar una sola carrera en tal trascendental partido.
Por eso este título es para el equipo de Atlanta tan valioso, además de romper una sequía de 26 años sin ganar un Clásico de Otoño (el último en 1995) lo lograron desde las cenizas, porque tuvieron que sobreponerse a muchas adversidades durante toda la temporada. Empezaron perdiendo sus primeros cuatro juegos de la campaña, y el equipo jugaba abajo de .500 para inicios de agosto.

Pero con las adquisiciones del cubano Jorge Soler, el puertorriqueño Eddie Rosario, Adam Duvall y Joc Pederson, que de alguna manera compensaron la ausencia por lesión antes de julio del venezolano Ronald Acuña Jr.—un perenne candidato a Jugador Más Valioso—, y la ausencia de Marcell Ozuna se extendió de seis semanas a todo el año, Atlanta halló la manera de llegar en su mejor momento a la postemporada estabilizados por el manager Brian Snitker, de 66 años y quien ha trabajado durante cuatro décadas en la organización.
Esta edición de los Bravos junto con los Cardenales del 2011 se convirtió en apenas el segundo equipo de la historia (desde la implementación del Comodín con tres rondas de postemporada) en eliminar a tres oponentes de 95 triunfos o más. Atlanta derrotó a los Cerveceros (95 victorias en campaña regular) en la Serie Divisional, a los Dodgers (106) en la Serie de Campeonato y a los Astros (95) en el Clásico de Otoño, y son junto a los Cardenales de San Luis de 1964 los únicos conjuntos con marca negativa para mitad de campaña que levantan el Trofeo del Comisionado. Los 88 triunfos de los Bravos para conquistar la División Este de la Liga Nacional representan la cuarta menor cantidad en una temporada normal para un monarca.
Jorge Soler, quien hace cinco años era un actor secundario en los Cachorros de Chicago que conjuraron la sequía de títulos de más de un siglo en la Serie Mundial, y que bateaba para .192 tras los primeros cuatro meses de temporada regular fue elegido el Jugador Más Valioso de la serie. Soler bateó .300 con tres cuadrangulares (uno más que los Astros) y seis carreras impulsadas para convertirse en el segundo cubano que es elegido JMV de una Serie Mundial (el lanzador derecho Liván Hernández lo logró con los Florida Marlins en 1997), además se convirtió en el primer jugador en conectar un vuelacercas en su primer turno al bate en un Clásico de Otoño y por si fuera poco también comparte el récord de más jonrones en una serie de postemporada en la franquicia de los Bravos. Eddie Rosario (2021), Ryan Klesko (1995), Marquis Grissom (1995), Lonnie Smith (1991) y Hank Aaron (1957 y 1969) son los otros.

Cada uno de los tres vuelacercas de Soler en esta Serie Mundial le han dado la ventaja en el partido a Atlanta. Los únicos otros bateadores en la historia del Clásico de Otoño que han conectado tres cuadrangulares para darle la ventaja a sus equipos son Babe Ruth (1926, Yankees), Lou Gehrig (1928, Yankees), Gene Tenace (1972, Atléticos), Curtis Granderson (2015, Mets) y George Springer (2017, Astros).
Los Astros por su parte, que han sido uno de los equipos más dominantes en los últimos años, pierden su segundo Clásico de Otoño consecutivo (2019 ante los Nacionales de Washington) y parece que no les va bien cuando juegan en su estadio Minute Maid Park en el que han jugado diez partidos de Serie Mundial (2017, 2019, 2021) con saldo de tres victorias y siete derrotas, el colmo fueron las cuatro derrotas ante el equipo de la capital americana en la disputa por el título hace dos temporadas, algo nunca visto.
A pesar de ser un cuadro que se ha abierto camino a base de maderazos y con jugadores ya experimentados, no han podido defender su localía y en partidos cruciales les ha tocado ver celebrar a sus rivales en su casa y ante su público. También siguen manchados por el escándalo del robo de señales en la Serie Mundial del 2017 ante los Dodgers y quedara la duda de si lograron alzarse con el título gracias a esas trampas o no, de cualquier manera muchos sienten satisfacción por su derrota ante los Bravos.

Los Bravos son el mejor ejemplo de porque el béisbol es llamado el Rey de los deportes, porque en él nacen campeones ilógicos, improbables e inesperados, nacen héroes que salen de las sombras para inscribir su nombre con letras de oro y formar parte de la historia de este maravilloso deporte.