OPINIÓN. Los jugadores de la Selecta tienen razón, pero se equivocaron

Un día agitado en la Selección. Empezó con discusiones, mentiras dirigenciales y amenazas de los seleccionados; y terminó con una derrota injusta en el Cuscatlán

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Por Gustavo Flores / Twitter: @Gusflores21

2022-02-03 9:48:33

Como si fuera un ‘deja vu’ que se recicla en cada etapa de la Selecta, las diferencias entre jugadores y dirigentes y los disparates federativos vuelven a poner el foco en los conflictos cuando todo parecía en armonía. En un momento de ¿felicidad’ y sensaciones positivas tras el triunfo en Honduras, la falta de respeto que denunciaron los seleccionados de parte de Hugo Carrillo y quienes lo secundan en el Comité Ejecutivo de la Fesfut llegó en el momento menos oportuno: el día de un partido trascendental ante Canadá.

La discusión por la ropa de abrigo de la Selección en Estados Unidos es un tema serio y grave pero solo fue el prólogo de la razón de fondo del tira y encoje: los premios. Si, ese “problema eterno” que se da en todas las Selecciones del mundo pero que En El Salvador se sufre como en ninguna otra. Los jugadores reclamaron con todo su derecho, el incumplimiento de la directiva en los términos acordados. Los dirigentes, montados en su soberbia, quisieron cambiar las reglas.

¿Tenían razón los jugadores? Sí. ¿Era el momento oportuno para el reclamo y amenazar con no jugar? No. O estuvieron mal asesorados o se dieron cuenta tarde. Todo hubiera tenido más sentido si ese reclamo y el llamado a los medios se hubiera dado después del partido. El foco de los jugadores en el día del partido, no estaba en Canadá si no en la discusión con los dirigentes.

Esto no es nuevo, pero ya cansa de repetitivo. Alguna vez fue Carrillo rompiendo códigos y dando a conocer el pedido de jugadores, que significó la renuncia, entre otros, de Arturo Álvarez a la Selecta con un frase que se replicó: “Son los de arriba (federativos) a los que no le importa nada la Selección”.

Otra vez, más cercana en el tiempo, fue la acusación cruzada entre dirigentes y jugadores que terminó con la salida de los albos Monterroza, Orellana, JC Portillo, Jonathan Jiménez, Romero y Fito Zelaya (que a su vez acusaron al capitán de aquel entonces, Henry Hernández). Lo que más se recuerda de aquel conflicto fueron “los premios por perder”. y el que dio a conocer los montos fue, otra vez, Hugo Carrillo. Parece que fue pasó mucho tiempo pero sucedió el año pasado, en el inicio de esta eliminatoria, con De los Cobos en el banco.

Las explicaciones de ayer de Carrillo hablando de “malentendido, mala interpretación y armonía dirigentes/jugadores” no convencieron a nadie. La impresión es que, a veces, nos quieren ver la cara.

Los reiterados conflictos desplazan, una vez más, al tema deportivo, aunque esta es la primera vez desde que Hugo Pérez lo sufre estando al mando de la Selecta. Y el partido de anoche, derrota injusta, pasó a segundo plano. El Salvador estaba haciendo un juego digno ante Canadá -lejos del súper equipo que varios nos pintaron-, pero tuvo la fatalidad de un gol en contra azaroso como pocos, minutos después de un escandaloso penal a Tamacas no cobrado ni revisado por el VAR (la sospecha de que el VAR ayuda a los poderosos tiene otro argumento a favor) que hubiera cambiado totalmente el sentido del partido. La Selecta se quedó con las manos vacías y un proceso que venía intacto sufrió su primera grieta. El tiempo dirá cuán importante es y cómo afectará el desarrollo de las selecciones.