Un arranque histórico y una ilusión encendida. El motor de los sueños futboleros de la Selecta se puso en marcha con las dos victorias al hilo, la primera vez que se consiguen en una primera fase de Copa Oro. Ni el más optimista de los aficionados azules imaginaba a El Salvador como la primera selección clasificada a cuartos de final de todo el torneo y que llegaría el duelo contra México con el boleto asegurado y como primera de grupo. Si se le afirmaba esto al Pájaro Picón Picón o al Indio Cuscatleco antes del evento, nos diría que no le diéramos paja...
Es cierto que algunos planetas se alinearon para este presente. De repente, la muy buena selección de Curazao -a priori, el rival con el que se pelearía la segunda plaza- fue desplazada del torneo por el Covid y en su lugar llegó una Guatemala desorientada, a la que le avisaron un día medio antes que iba a jugar contra la Selecta y que había echado el día previo al técnico.
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Claro, de eso nada tuvo que ver El Salvador, que hizo su trabajo, y muy bien, dominando a placer a los chapines y ganándole con absoluta claridad. Después se vio una Trinidad y Tobago muy replegada y que salió recién a buscar el empate en la segunda mitad.
Vale recordar que esta Selección en eliminatorias no le pudo ganar ni a Bahamas ni a Puerto Rico y perdió su lugar para jugar el repechaje a la octagonal ante la muy débil San Cristóbal y Nieves, a la que luego El Salvador superó casi sin despeinarse.
El poco público de la Azul que fue el miércoles a Frisco, Texas, se perdió una fiesta salvadoreña. Y la confirmación de que la base del equipo está. Mario González se adueñó definitivamente de la portería desde que Tomás Romero decidió esperar alguna chance para atajar por EE.UU.
La defensa está consolidada con dos laterales que están mostrando buen rendimiento, Tamacas y el muy recuperado Alex Larín. Zavaleta y Ronald Rodríguez van superando desajustes y se afirman como dupla central, el ataque mexicano será su prueba de fuego. En el medio, todo está claro: Orellana y Monterroza forman el tándem que se dio a conocer en Metapán y Alianza. Darwin Cerén es el jugador salvadoreño más regular hace años.
Por derecha ataca Joshua y por izquierda Jairo parece haberle ganado la pulseada a la Cabrita Portillo. El 9 quizás sea la deuda pendiente de este equipo, con Rugamas lesionado y sin la convocatoria de Erick Rivera. Se probó con Jairo y Rivas, mientras Márquez ingresa luego.
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El caso de Jairo Henríquez merecer un párrafo aparte: una recuperación asombrosa de un delantero que marcaba la explosión en sus inicios pero que se fue apagando lentamente... hasta este renacer. Bienvenido sea.
Dos victorias, sin goles recibidos, marcan el debut más auspicioso de una selección salvadoreña. Bien por Hugo Pérez, quien dijo que no había sido nada extraordinario. México será la prueba de fuego para ver donde está parada la Selecta. En el horizonte de cuartos aparecen tres posibles rivales: Panamá, Honduras o Qatar. La llama de la ilusión volvió a encenderse.
