El amistoso contra Guatemala no empezó de la mejor manera. Pero aquí nada tuvieron que ver jugadores ni cuerpo técnico, sino los dirigentes, porque al mismo momento que una Federación lo presentaba como partido de Selección mayor, la otra lo hacía como duelo de Sub-23.
Más allá de esto, del lado de El Salvador, la premisa siempre estuvo clara a la hora de este amistoso: probar jugadores para ver si pueden aportar su grano de arena en los juegos que valen, los de la octogonal, que otra vez está a la vuelta de la esquina.
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Por eso se vio un equipo casi sin fluidez en el juego y con serias desinteligencias defensivas. En el aspecto personal, volvió a sobresalir Jairo Henríquez, el mismo que ha sido figura con todo el equipo completo. Un jugador cuyo rendimiento se potencia al jugar en la Selecta.
Interesante y para destacar el debut de un arquero que promete a futuro. Damián Alguera (Philadelphia Union)fue titular de la Selección a los 17 años. Sin culpa en los goles, luego casi no fue exigido. Y fue auspicioso también el debut de Ronny Arévalo, el joven de 18 años del Köge de Dinamarca. Mostró atrevimiento, pidió la pelota y encaró siempre que pudo. Sin sobrarle nada, también cumplió Christian Martínez, el hombre del San Carlos tico, aunque habría que ver cuanto rinde con Darwin o Chicho Orellana a la par.
El Salvador no tuvo su mejor noche ante el fiel público -el que nunca falla- de Washington. Para la hora de la verdad faltan 11 días. Será el juego contra Panamá en el Cusca, el primero de la triple fecha eliminatoria que empezará a decidir el futuro de la Selecta en la octogonal.
