OPINIÓN: La vieja mentalidad de los dirigentes de Primera División

Es una pena que en dos décadas del siglo XXI todavía algunos dirigientes no sepan construir buenas relaciones con sus aliados estratégicos, entre ellos la prensa deportiva

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Los dirigentes de la Primera División se reunieron en el Salón "Hector Palomo Sol" de la Fesfut. Foto Cortesía Primera División

Por Mario Reyes

2020-11-26 6:00:29

En febrero pasado, fui asignado a cubrir un partido de Primera División entre 11 Deportivo y Alianza en Ahuachapán. En la previa del partido, me llamó la atención unos frágiles graderíos de metal improvisados que estaban en uno de los costados del estadio Simeón Magaña. Así que activé mi cámara, capturé la imagen y de pronto se me acercó un exdirectivo de la Primera División, y entre broma y en serio, me intentó convencer de que no publicase la imagen, antes de perderse entre el mar de gente que esa tarde atestiguó un rígido y desabrido 0-0.

Ese día ni traté de mediar palabra con esta persona, pues no suelo darle muchas explicaciones de mi trabajo a gente en quien no confío. Ni siquiera pensé publicar la imagen, pues al final me pareció que no tenía nada de revelador, pero la dejé guardada hasta hoy, días después de la dirigencia del Isidro Metapán, encabezada por su presidente Rafael Morataya, decidiera elevar la apuesta de aquel dirigente en Ahuachapán e impusiera sus propias restricciones para negarle el acceso al estadio Jorge Suárez Landaverde a los periodistas que cubrimos al equipo calero en el torneo Apertura 2020, pese a que se paga (¡sí, se paga!) una acreditación semestral. Los únicos que podrán entrar de ahora en adelante (o hasta que estas personas recapaciten, si lo hacen) son una televisora y una radioemisora que compraron los derechos de transmisión del equipo.

Tengo que admitir que cuando empezó la pandemia de covid-19, que tristemente aún no azota, la dirigencia del fútbol salvadoreño en general iba a comenzar a tomar algunas decisiones en pos de un cambio de mentalidad tan necesario para afrontar las contingencias que se presentaban a todo nivel. Como dice el meme: “Problemas modernos requieren soluciones modernas”. Sin embargo, cada evento suscitado, desde aquel “campeonato fantasma” del 11 Deportivo hasta este nuevo numerito de la dirigencia metapaneca, siguen exponiendo que el método de trabajo y de toma de decisiones en general siguen desfasados, y que se mantienen compatibles a lo que teníamos en 1970 o 1982.

La decisión de la dirigencia de Metapán no es una novedad, lastimosamente. Años atrás, directivos de equipos como Alianza o Luis Ángel Firpo ordenaron restringir el acceso a ciertos medios de comunicación por publicaciones que no les gustaron o que fueron tomados como ataques contra la institución. Es una pena que a dos décadas de arrancado el siglo XXI todavía algunos dirigientes no sepan construir buenas relaciones con sus aliados estratégicos, entre ellos la prensa deportiva.

Periodistas fueron ubicados en localidades incómodas entre la afición durante la final del Clausura 2019. Al final del encuentro, se les negó el acceso para recabar las reacciones del subcampeón Alianza, pese a que portaban credencial pagada. Foto EDH/Archivo

Una vez más queda esperar a que la junta directiva de la Primera División se pronuncie categóricamente ante este nuevo abuso contra el periodismo salvadoreños (uno más entre los acontecidos en los últimos meses), y que la dirigencia de Isidro Metapán tenga a bien reembolsar el coste equivalente a los partidos de local del equipo calero, que se pagan cada torneo por acreditaciones para periodistas (caso único e infame en el deporte mundial).

Resulta increíble que la dirigencia de un equipo tan reconocido y exitoso como Metapán, que por años ha hecho méritos en sostener a un equipo de renombre en un entorno tan díficil, considere que tratar de callar al periodismo es parte de las soluciones a los problemas de este país. Como antecedente, CANCHA arrancó este torneo vetado del estadio metapaneco por la reproducción de una frase de nuestro colega Samuel Linares, quien desde su derecho a la libre de expresión como ciudadano emitió su opinión personal sobre la dirigencia del fútbol salvadoreño, y que fue replicada en este medio tal y como se hace con otras opiniones de colegas, estén o no alineadas con el pensamiento o la opinión de quienes aquí trabajamos. Mucho más reprobable fue un vergonzoso y prejuicioso comentario que el señor Rafael Morataya emitió este lunes en su cuenta personal de Twitter contra Mauricio Rivas, colega de Radio KL, Grupo Megavisión y corresponsal en El Salvador para ESPN.

Cuando los dirigentes salvadoreños mantienen decisiones como las de estos clubes, o cuando callan frente a quienes las toman, dan un largo paso atrás en el camino a desarrollar nuestro deporte. Mentalidades como estas también contradicen los fundamentos de relaciones públicas en el fútbol moderno en el planeta. Organizaciones como FIFA, UEFA, LaLiga, Premier League, Bundesliga, etc., entienden que como dueñas de un espectáculo les conviene más apoyarse en medios de comunicación, que a su vez dueños de valiosos espacios de difusión. De esta manera, ambas partes se alían para alcanzar un objetivo en común: llevar sus respectivos productos a más consumidores.

Lastimosamente, las organizaciones deportivas en El Salvador todavía no ven esto con tal claridad, y algunas como la Primera División parecen tener asumido que la prensa tiene que someterse a una relación abusiva para guardar silencio, callarse las críticas y aplaudir cuando se les pida, bajo amenaza de ser marginado de la fiesta del fútbol nacional. Es que nuestro deporte nunca se adaptó a la “nueva normalidad”; siguió aferrado a la “vieja mentalidad”.