Pasaron 215 días y volvió el fútbol de Primera División en El Salvador. Con el sabor de lo autóctono, con muchos goles y también con bastantes cuestionamientos en lo que al público se refiere.
La vigencia del inoxidable Nicogol Muñoz con un doblete, la vuelta de un goleador nacional como el Puma Peña que también gritó por duplicado;el triplete de Elvin Alvarado, que sorprendió a propios y extraños en Ahuachapán, fueron algunas de las postales que dejó la primera fecha del Apertura 2020. Como la grata sensación que dejó el juego de Metapán, uno de los equipos que mejor se ha reforzado; la potencia ofensiva de la dupla cafetera Blanco-Mercado en Alianza y un inicio que no ilusionó: el del retorno de Firpo desinflado por el Jocoro.
LEA MÁS: Proyectos, sueños y peligros en el fútbol salvadoreño
Pero el punto de inflexión esta vez no estuvo en la grama sino en las tribunas: la polémica del famoso 30% del aforo que no dio resultado en la práctica. Con una cantidad muy interesante de público en cada uno de los estadios, hubo fallas de logística y de comportamiento.
Los aficionados estuvieron demasiado juntos en distintos sectores de las gradas, mientras otros estaban semivacíos o vacíos. Se vio en San Miguel, en Metapán, en algunos momentos en el Cuscatlán. Tanto que la cuestión se hizo tendencia en twitter y llegaron las reaccione oficiales: podría haber multas para los equipos y hasta el llamado de Yamil Bukele a reorganizarse sino la solución sería drástica: jugar a puertas cerradas.
Se está a tiempo de mejorar condiciones y conductas. Depende de todos, equipos y aficionados.
Si solo dejan entrar al 30% de la capacidad en los estadios pero el público está muy junto. ¿Sirve de algo?
— Gustavo Flores (@Gusflores21) October 10, 2020