Opinión: Pelea cerrada por la Espiga Dorada

Ni Roberto Hernández es mejor que Yuri Rodríguez ni Yuri es mejor que Roberto. Es una lástima que no pueda haber dos premios especiales.

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Yuri Rodríguez, Roberto Hernández y Bryan Pérez, con sus Espigas Doradas. Foto EDH / Lissette Monterrosa

Por Carlos Artiga, presentador de Pizarrón Deportivo | Twitter: @artigatv

2019-12-06 4:30:35

Esta semana conocimos a los ganadores de la Espiga Dorada 2019 así como a los ganadores de los premios especiales, sumas en efectivo que abonan a la preparación, fogueo, entrenos y equipo deportivo de los ganadores.

En el marco de una semana que pone punto final a un camino que incluyó numerosas sesiones de selección detallada de cada uno de los ganadores de cada una de las Federaciones que participaron, ha destacado un elemento, lo parejo de la competencia y lo disputada que se ha vuelto en el criterio de los encargados de definir con sus votos quienes son los máximos ganadores.

Roberto Hernández y Yuri Rodríguez protagonizaron una cerrada pelea en la votación y preferencia de los jurados para que al final fuera el arquero quien se llevara el reconocimiento. En el caso de entrenador del año, incluso (y de esto no se ha hablado mucho) hubo necesidad de una segunda votación pues hubo un empate en la primera votación y luego, en la segunda ronda, la diferencia fue mínima para que Rudis Gallo se llevara la Espiga Dorada en lugar de Marcelo Castellanos, entrenador de Surf de Bryan Pérez, una decisión que dejó casi a todos satisfechos.

Los playeros. Rudis González Gallo (Entrenador del año) y Rubén Batres (Estrella del fútbol) salieron galardonados. Foto EDH / Lissette Monterrosa

Roberto y Yuri tuvieron años gloriosos, oros Panamericanos, competencias internacionales de nivel mundial y destacadas participaciones. Cada disciplina deportiva es diferente y encierra dificultades particulares. En cuanto a Yuri, vive literalmente todos los días compitiendo, de manera disciplinada y religiosa, pues de su estilo de vida depende la forma de su cuerpo que es la que determina sus triunfos ante el ojo del jurado. Roberto, por su parte, vive también largas e interminables sesiones agotadoras, mental y físicamente frente al blanco, aparte de destacar desde ya como formador de talentos en su papel de entrenador.

Ni Roberto es mejor que Yuri ni Yuri mejor que Roberto, ni una disciplina más difícil que la otra ni más ni menos demandante. Es una lástima que no pueda haber dos premios especiales, uno debe ganarlo, pero en las páginas de nuestro deporte, ambos han escrito sus nombres con letras dorada, y esa grandeza misma que los ha hecho llegar hasta donde han llegado, es la que, estoy seguro, les permite a todos los que no se llevaron el premio especial, reconocer a sus compañeros como ganadores y alegrarse por ello. ¡Felicidades a todos!