OPINIÓN: 2020 fue retador para el mundo entero, los deportistas no fuimos la excepción

En primera persona, la medallista de oro en Lima 2019, más campeona Centroamericana y del Caribe, Paulina Zamora da sus apreciaciones sobre el año que termina y qué esperar lograr en 2021

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Paulina Zamora está disfrutando de los paradisiacos paisajes de Indonesia. Foto / Instagram

Por Paulina "Nina" Zamora, fisicoculturista salvadoreña | Instagram: ninazamorapole

2020-12-31 10:38:52

El 2020 sería el año en que yo desarrollaría más que nunca mis capacidades en mi deporte, el fitness coreográfico, que es lugar a dudas una rama de muchísima dificultad del fisicoculturismo, ya que el trabajo no termina sólo en hacer dieta y rutinas diarias de pesas y cardio, que de por si no es fácil, sino que a eso se le suma el aspecto coreográfico, que es además la parte más complicada y difícil del fitness.

Es decir, no basta con ser fisicoculturista sino que que además debes ser gimnasta y bailarina, y preferiblemente haber comenzado con estas disciplinas desde la infancia, como lo fue en mi caso, ya que es en las primeras etapas del desarrollo humano en que el cuerpo puede lograr las capacidades sobre humanas de una gimnasta o una bailarina profesional.

Siempre describo ser atleta de fitness coreográfico como intentar hacer malabares con varios deportes a la vez, intentar meter una cantidad de entrenos en siete días que normalmente no caben en siete días, dejándome casi nulo espacio para el descanso. Y como cereza al pastel, a eso le sumamos el enorme factor riesgo que las disciplinas acrobáticas conllevan, el riesgo a caídas y golpes que podrían terminar con la carrera deportiva de cualquiera.

Foto: Instagram / Paulina Zamora

El fitness coreográfico es una rama del fisicoculturismo bastante nueva aún en Latinoamérica, por ese motivo, en El Salvador no existe el nivel de entrenadoras y conocimiento que existe en otras partes del mundo, sobre todo en Europa del este, que son los países que más destacan a nivel mundial. Por ese motivo, en el 2020 yo tenía la enorme ilusión de irme a entrenar a una base en Eslovaquia y así aumentar mi nivel tanto en el área coreográfica de mi deporte como en el aspecto físico, para poder así ir al mundial a pelear un lugar en el podio.

2020 tenía otros planes, no logré viajar a entrenar, ni participé en el mundial por motivos relacionados a la pandemia, y por un momento acepté que quizás no terminaría el año en mi mejor condición como atleta. Pero al final, no tiré la toalla, y en el último trimestre del año procuré no dejarme vencer, me entregué más que nunca a mis entrenos e hice dos competencias en Diciembre, ganando primer lugar en el Campeonato Centroamericano y del Caribe.

Terminé el año mejor que como lo inicié, y eso me llena de mucha satisfacción, definitivamente no fue un año desperdiciado deportivamente para mi. Pero dejando de lado el aspecto deportivo, yo creo que 2020 fue un año de muchísimo aprendizaje para todos, aprendimos a valorar lo que realmente importa en la vida, y que todos esos planes “arruinados” por la pandemia no son ni el fin del mundo ni lo más importante, aunque muchas veces así se sienta, lo que realmente vale es la salud de nuestras familias y el tiempo que pasemos con ellos, porque la vida puede cambiarnos los planes de un momento a otro, y nuestros planes pueden salirse completamente de nuestro control.

Paulina Zamora ganó la medalla de oro en la categoría fitness coreográfico del 47º Campeonato Centroamericano y del Caribe de Fisicoculturismo. Foto INDES

Debemos vivir eternamente agradecidos por cada segundo que se nos regale junto a nuestros seres amados.

Para el 2021, en cuanto a mi carrera, pretendo llevar a cabo los planes que dejé en pausa en el 2020, la base de entreno en Eslovaquia, y por supuesto pelear un lugar en el podio del mundial, vivir un año de enorme crecimiento como atleta de fitness, pero más allá de eso deseo un año de transformación por lo difícil de lo vivido en el 2020.