La frase que encabeza este título es de las más trilladas y repetidas en el ámbito del periodismo deportivo. Sin embargo, el “ganar o ganar” cobra esta vez una trascendencia real como pocas veces. Los dos juegos que tendrá la selecta en fecha FIFA significan una bisagra para la Selección de El Salvador. O los gana (ambos) y se mantiene en la lucha por un sueño persistente que ya está cerca de cumplir los 40 años; o no saca los triunfos y se despide definitivamente de la ilusión.
Los puntos perdidos, sobre todo los de local, en lo que va de la octogonal son la cruz que arrastra un equipo que hoy no tiene margen para el error. Se sabía de antemano que El Salvador debía hacer del Cuscatlán su fortaleza, pero en realidad dejó escapar 7 puntos de 12 posibles jugando en San Salvador. Demasiado para un equipo que intenta mantener aspiraciones.
Sin embargo, no es una idea alocada o descabellada la posibilidad de ganar los dos partidos. Es más, hasta todo lo contrario: El Salvador está en condiciones de ganarle a Jamaica y a Panamá, por cierto dos rivales directos en la lucha por un hipotético cuarto lugar que da el boleto al repechaje.
Los jamaicanos vienen a los tumbos en la octogonal y, salvo una última victoria balsámica en Honduras, su paso ha sido de irregular para abajo. Es cierto que hoy jugará un crack “en llamas” como Michail Antonio (West Ham) y también se sumará Leon Bailey (Aston Villa) pero solo ellos no dan garantías de resultados. Antonio, por ejemplo, jugó 70 minutos en el peor partido de Jamaica en la octogonal (derrota de local 3-0 contra Panamá).
Ante Panamá, el equilibrio de fuerzas suele decantarse para el lado cuscatleco. Se le ganó con justicia en el Cuscatlán (1-0 ) con el gol de Enrico y gran partido de Domínguez, Roldán y Jairo. De visita, el Rommel Fernández está lejos de ser un estadio intimidatorio como otros de esta octogonal, aún con público (luego del escandaloso fallo de la FIFA de condonarle la sanción de jugar a puertas cerradas). De inexpugnable, nada.
Eso sí, todas las antenas deberán estar encendidas y se deberá jugar al máximo de las posibilidades. A El Salvador no le sobra nada. Mucho menos gol. Por eso llama la atención, la ausencia -otra vez- de Nelson Bonilla, un delantero que quiere el DT. La información oficial habla de la cuarentena que debe cumplir al volver a Tailandia. Si se trata de eso, el esfuerzo por la Selecta merece la pena de perderse dos o tres partidos en Thai. En lo futbolístico, se sabe, es fecha FIFA y los reglamentos amparan a El Salvador.
Ganar o ganar. Los seis puntos. Se puede.