Así como le fue al Alianza contra Motagua, así le pudo ir al Águila, FAS, Metapán Santa Tecla, y sigan contando a los equipos. Sigan trabajando mal desde las bases. Fue una noche de brujas para el fútbol nacional.
Y lástima, pero a cualquier equipo salvadoreño le hubiese pasado igual. No hay nivel para jugar este tipo de torneos internacionales. Aquí no se ha trabajado bien la cosecha del fútbol. Sufren jugadores (porque sí sufren) y el aficionado que se ilusiona con todo su derecho.
Yo no critico a Alianza. Yo voy a nuestro fútbol dañado. En formatos anteriores, el FAS de “Chochera” Castillo lo intentó (el de los 5 títulos), y nada. Metapán (el de Portillo bien armado) y tampoco. A Santa Tecla le fue igual, y hoy a Alianza. Es nuestro fútbol el que agoniza.
A un equipo mejor armado que Alianza (actualmente imposible) o menos armado le hubiese pasado igual: eliminados. Allá afuera, donde asustan, a nuestro fútbol no le alcanza. El aficionado tiene derecho total de disfrutar e ilusionarse, pero en El Salvador es muy difícil.
Llegamos al punto que jugamos con estadios llenos, y vacíos, contra fútbol “macho” o fútbol “bonito”, que el torneo sea largo o corto, que nos toquen de un país o de otro, pero el resultado es el mismo: eliminados siempre cuando la exigencia es al nivel de Concacaf.