Apenas ha pasado un mes de este 2019 y nuestro fútbol nacional ya ha dado suficientes insumos para hacer un película dramática o de terror, según sea la necesidad. Apenas a un mes del año, y poco más de veinte días de iniciado el torneo, de lo que menos se ha hablado es del fútbol, de los planteles y el balompié cuscatleco ha apelado a su característica principal, la desorganización, el desorden y, muchos veces, lo chusco.
A ver. Sin duda, el equipo del mes ha sido el Audaz. Los vicentinos han cargado con una camándula de problemas en estos pocos días, que muchas veces es hasta difícil de creer que algunos casos se den en un fútbol que se hace llamar profesional.
Los vicentinos cambiaron de administración apenas horas antes de inscribirse en la Fesfut para el torneo Clausura 2019, se llama Audaz, pero pidó jugar con los colores de Independiente y se hace llamar, extraoficialmente, con ese nombre. Antes de que iniciara el torneo presentó a Jorge Ábrego como nuevo técnico, pero el Platense no dejó ir al “Zapatero” y horas después los “fantasmas del Jiboa” tuvieron que recurrir a Pablo Quiñones para que se hiciera cargo del equipo.
¿Lo sabías? Audaz no es el primer equipo en la Liga Mayor con problemas de uniforme
En el pasado Firpo y Metapán tuvieron problemas por el mismo tema. Nos dimos la tarea de recordarlo
Siguiendo con el equipo vicentino. Tres días antes del debut, el hondureño Milton Palacios acusó a la antigua dirigencia de Audaz de falsificarle la firma para presentar un supuesto finiquito y remató con un “Payo (Juan Pablo Herrera) es chuco”. Pasadas tres semanas del caso ya casi nadie habla de él y ni se sabe cómo van los investigaciones, si es que las hay.
Para rematar el caso de Audaz. En la primera fecha le tocó recibir a Metapán, pero no jugó porque los árbitros no se lo permitieron porque lo iba a hecer con el escudo de Independiente en sus camisas -recordemos que el equipo se llama Audaz-, corrieron los dirigentes vicentinos a cambiarle los escudos, rompieron los uniformes del equipo de la reserva, pero se equivocaron porque el escudo tenía un coyote blanco y el que habían presentado en la Fesfut era negro. Conclusión, perdió los puntos.
Lo que para algunos es una persecusión al equipo de San Vicente, continúo en la última fecha del mes de enero, cuando no le permitieron jugar a la reserva porque, según los réferis, “los carnets estaban pálidos”.
Vámonos con FAS. Los tigrillos presentaron al colombiano Christian Lasso como su nuevo refuerzo. Días después salió una publicación en redes sociales que el jugador era “rápido y habilidoso, pero con problemas en el dominio y a la hora de definir no es muy bueno”. El equipo tigrillo se echó para atrás y dos días después informó que el colombiano ya no iba a ser contratado. Lo mismo pasó con el cafetero Víctor Montaño, que se puso la camisa de Limeño para este torneo, pero horas después salió para el extranjero porque le salió una mejor oferta. Marvin Hernández es otro caso similar, entrenó con Chalatenango y terminó firmando con Limeño.