Hey, Concacaf: que no sea puro maquillaje

La máxima entidad del fútbol de Norte, Centroamérica y el Caribe anunció un cambio de imagen y valores. Aquí dos tips para que no sea solo un "make up" superficial.

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Este es el ex logo de Concacaf. / Foto Por edhdep

Por Carlos López Vides - Twitter: @Celvides

2018-03-07 1:46:02

Es mediático y suena “cool” que una institución deportiva le dé un “refresh” a su marca y que anuncie que tiene nuevos valores. Así lo hizo Concacaf en Miami este miércoles, comunicó sus nuevos cuatro pilares: “Unidad, fútbol, calidad y acceso”.

Además, dio a conocer el nuevo formato de la también novedosa Liga de Naciones de la región. Ahí veo puntos positivos que van de la mano con esos nuevos valores: las selecciones de Concacaf que están en el inframundo del escalafón FIFA (incluido El Salvador) tendrán más partidos en el año, contra equipos de nivel similar.

Y a futuro, todas las selecciones de Concacaf serán agrupadas en tres ligas (son categorías, digamos), para competir frecuentemente, con formato de ascenso-descenso entre ellas.

Todo lo anterior es innovador y me parece muy positivo. Pero creo también que los cambios en Concacaf deben ser profundos. Los problemas del fútbol de la región no se resolverán, solamente, con campañas y eslogans que suenen bien.

Imagen de la selección de Estados Unidos en la Copa Oro 2017. FOTO EDH – Ezra Shaw/Getty Images/AFP

Hablan de “acceso”. Revisemos. La Copa Oro, máximo torneo de Concacaf, ha tenido a Estados Unidos como sede única en 11 de sus 14 ediciones, desde 1991. ¿Eso es acceso? ¿Por qué no permitir que otros países de la región reciban partidos de esta competición? ¿Por qué no juegos de Copa Oro en Panamá, Costa Rica, Trinidad y Tobago, Jamaica, que ya han albergado torneos internacionales o eliminatorias de calibre FIFA?

Darle a EE. UU. la ventaja de ser local (casi) siempre es como si la Eurocopa fuera toda la vida en Inglaterra, o si Brasil albergara cuasieternamente la Copa América. Señores de Concacaf, eso no es acceso. Es monopolio. Y es injusto.

El “refresh” concacafequeño también incluye la palabra “calidad”. Revisemos, en este caso, la historia. Hay una gran mancha en el expediente de la región: hubo partidos perdidos por palizas en recientes ediciones de la Liga de Campeones de Concacaf (máximo torneo de clubes del área). Y de ellos surgieron fuertes sospechas de arreglo de resultados, los cuales habrían sido ordenados desde mafias relacionadas con casas apostadoras.

Andrés Romero, de Montreal Impact de Canadá, marca a Marcio Teruel, de FAS, en Liga de Campeones pasada. Este partido no está bajo sospecha. FOTO EDH

Diversas denuncias periodísticas involucraron a equipos salvadoreños como Águila, FAS y Metapán en estos aparentes amaños; también al panameño Plaza Amador o al hondureño Olimpia. ¿Qué ha hecho la Concacaf para investigar de lleno lo ocurrido? Poco o nada.

Esto, además de que buena parte de su dirigencia anterior (Chuck Blazer, Jack Warner, Jeffrey Webb, entre otros) fue directamente relacionada con el FIFA Gate, y todavía hay muchos claroscuros y pesquisas por hacer. No basta con nombrar un Comité de Ética y dar seminarios por la región, señores.

¿Saben qué hablaría de “calidad”? Investigar a fondo estos hechos y limpiar la casa. Si no, la cloaca seguirá oliendo feo, por mucho que le pasen cepillo y la pinten de otro color.