En la previa de la Semana Santa, fue más que intensa la semana que vivió el fútbol salvadoreño se cerró ayer con el fin del invicto albo y quejas de la afición firpense contra su equipo y directiva.
En la semana también hubo un homenaje del Alianza a Don Hernán Carrasco, el maestro centenario pero en cierto modo agridulce: ni uno solo de los jugadores protagonistas del partido fue a saludar a al maestro centenario… y eso que pasaron a la par.
Fasistas despotrican contra jugadores y cuerpo técnico frente a niños
La previa de la última fecha tuvo su suspenso: Reclamo salarial de los encargados de impartir justicia, acusaciones cruzadas entre la Asociación de Árbitros y Primera División y una solución -¿o parche?- sobre la hora.
Sin dudas, lo más grave fue lo de FAS. Un comunicado, inentendible e inoportuno, previo al partido con Jocoro revolvió las aguas santanecas. En el mismo se hablaba de solicitarle “de manera enérgica” resultados, caso contrario tomarían decisiones “drásticas”.
El comunicado fue casi un “deja vu”; hizo acordar cuando Pohl, Herrera y otros dirigentes del fútbol vernáculo amenazaban a jugadores con quitarles parte del salario si no ganaban, una práctica habitual y hasta pública y apoyada por periodistas en un pasado que creíamos haber dejado atrás. Absurdo.
Tras la derrota ante Jocoro hubo reclamos varios de la afición, el entrenador Octavio Zambrano se fue escoltado por la policía y Kevin Carabantes -el mismo que hace apenas 4 meses era ovacionado como campeón-, recibió en el camerino un llamado de su esposa diciéndole que “aficionados” le iban a romper los vidrios del carro. Extremos que no se pueden tolerar de ninguna manera.
En el plano futbolístico -que lindo sería hablar o escribir solo de esto-, la semana se cerró con sorpresas mayúsculas: la de Jocoro (jugadores que habían denunciado deudas la semana pasada), la de Marte (el invicto se quedó en el partido menos pensado) y la de Chalate, que pone otra vez al rojo vivo la zona del descenso.