Quien sea que llegue a la presidencia del Indes deberá enfrentar enormes retos. ¿Qué requisitos debe cumplir, para que pueda cambiar de raíz nuestro deporte?
La persona que sea designada por Nayib Bukele para presidir el Instituto Nacional de los Deportes (INDES) de 2019 a 2024 tendrá que enfrentar un desafío enorme, a la luz del sombrío panorama que ha tenido este sector en los últimos años. Lejos del brillo de años anteriores, ahora el deporte salvadoreño no está a la cabeza de Centroamérica, sino que terminó en el quinto lugar en los pasados juegos del área en 2017, en Managua. Una clara señal de dónde estamos.
La realidad está ahí, entre otras señales negativas: los escenarios deportivos están en malas condiciones por falta de mantenimiento, incluso los inaugurados para los Juegos C.A. de San Salvador 2002; muchos atletas de la alta competición se han alejado o han optado por el retiro (o, como mínimo, están desmotivados); ha habido escaso relevo generacional en deportes clave; y el ambiente de inseguridad imperante en todo el país ha disminuido la práctica del deporte como esparcimiento y recreación.
Hay otro reto enorme en camino, que son los Juegos Centroamericanos que albergará Santa Tecla en 2021, lo cual incluye mejoras de instalaciones deportivas y preparación de los deportistas que participarán.
Todo lo anterior no es sólo responsabilidad del INDES, por supuesto; pero sí es el brazo del Gobierno para incidir en la práctica deportiva. Ante tal escenario, ¿qué requisitos debe cumplir la persona que llegue a relevar a Jorge Pérez Quesada, el presidente saliente del Instituto?