OPINIÓN: Los talones del Barcelona en una temporada que no le es favorable

El periodista argentino Claudio Martínez habla de cómo le está yendo al Barcelona en la temporada de la liga española, donde las lesiones no le han caído nada bien

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El delantero argentino del Barcelona Lionel Messi (R) y el mediocampista francés del Barcelona Antoine Griezmann caminan sobre la cancha durante el partido de la Liga española entre el Club Atlético de Madrid y el FC Barcelona en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid el 21 de noviembre de 2020. Foto AFP / Gabriel Bouys

Por Claudio Martínez, periodista argentino | Twitter: @martinezchino

2020-11-23 3:48:17

Cuenta la leyenda que Aquiles, un héroe de guerra de la Antigua Grecia, era inmortal. O casi. Logró ese poder tras ser sumergido por su madre Tetis en las aguas mágicas del río Estigia. Sin embargo, para evitar que se lo llevara la corriente, lo sostuvo del talón derecho. Esa única parte del cuerpo que no tocó el agua se volvió su punto vulnerable, hasta encontrar más tarde -alerta de spoiler- la muerte de un flechazo. Todos tienen su talón de Aquiles. Y en la Liga, pasándonos a temas futbolísticos, el del Barcelona es muy claro: su defensa.

Esto va más allá de las recientes lesiones de Gerard Piqué y Sergi Roberto, que ponen más sal a la herida culé y obligarán a improvisar al entrenador Ronald Koeman ante una situación provocada por mala suerte, es cierto, pero también por la poca planificación y la falta de dinero para reforzar la última línea, que es casi la misma que fue humillada con goleadas en Roma, Liverpool y Lisboa.

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Esta temporada el Barcelona ha cometido muchos errores defensivos, pero a estas alturas es imposible saber si son más o menos que otros años. Sin embargo, algo es seguro: la mayoría de ellos han terminado castigándolo con derrotas que habrían sido empates, o empates que hubieran sido victorias. Eso explica, en parte, su inédita posición en la tabla.

La imagen de solidez defensiva que proyectó en los dos primeros partidos (4-0 ante Villarreal y 0-3 contra Celta) fue quizás engañosa. Ante Celta tuvo que jugar con diez todo el segundo tiempo por una roja a Lenglet y no tuvo sobresaltos. Pero luego empezó la pesadilla con errores que se pagaron caro.

Messi se lamenta tras perder su equipo, el Barcelona, ante el Getafe. Foto EDH/EFE

Derrota ante Getafe (1-0) por un penal de Frenkie de Jong sobre Nyom en una jugada sin peligro. En el clásico, el polémico camisetazo de Lenglet a Sergio Ramos que cambió el curso del juego. Ante Alavés (1-1), un grosero error del portero Neto que provocó el gol de Luis Rioja y que obligó a remar contra corriente. Y recientemente, ante Atlético de Madrid, una equivocación de Pique -antecedida por una pérdida de Dembelé y precedida por una salida precipitada de Ter Stegen- dio origen al gol de Ferreira Carrasco que le costó la derrota.

Más allá de equivocaciones puntuales, como las que se detallan, el Barcelona es un equipo muy vulnerable en defensa. Concede demasiado. En cada uno de sus últimos seis juegos de Liga recibió al menos un gol, y de esos solo ganó uno (5-2 al Betis). Esa misma debilidad puede verse en la Champions, solo que allí los errores -que los tuvo y muchos- no fueron decisivos y por eso tiene puntaje perfecto.

Momento en el que Gerard Piqué sale lesionado del campo. Foto AFP

Pero basta recordar el penal y la expulsión de Piqué ante el Ferencvaros que complicó un juego que parecía liquidado (al final fue 5-1) o las seis paradas que tuvo que hacer Ter Stegen para que los suplentes del Dinamo de Kiev no le llevaran puntos en el Camp Nou. Incluso ante la Juventus, probablemente el mejor partido de la era Koeman, hubo tres goles anulados a Morata. Bien invalidados los tres, pero por centímetros.

En síntesis, el talón de Aquiles del Barcelona es su endeble -y ahora también desmembrada- defensa. Pero en el reparto de las responsabilidades, parte de la culpa también recae en la falta de contundencia de la delantera. Con Messi más fino a la hora de definir y con un Griezmann en “modo Atlético”, por citar dos ejemplos, esos errores defensivos serían simples anécdotas rápidamente olvidadas.