Después del 2-0 sobre Jamaica, en la sala de prensa del Cuscatlán, a Carlos De los Cobos le preguntaron qué opina sobre los goles, los cuales llegaron por errores defensivos de los caribeños. El mexicano reaccionó con disgusto, pidió que no se le quite mérito a lo hecho por sus jugadores, y lanzó varias frases que, me parece, dan para analizar y debatir.
“No le veo nada negativo”, dijo De los Cobos en referencia a la victoria. “No le busquemos peros a una victoria que se buscaba desde hace 19 años”, agregó. Y tiene razón en esto último, porque a Jamaica no se le ganaba desde 2000 y romper con esa racha es meritorio; no coincido, sin embargo, en que no hay puntos por mejorar. Tampoco es que la Selecta hizo un partido perfecto. Seguimos teniendo traslados de balón sin profundidad y nos falta pegada, por ejemplo. Tiempo y trabajo debe haber para mejorar; pero considerar que todo es positivo tampoco es correcto.
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“Siempre están buscando el granito oscuro en el arroz. No tenemos por qué opacar ni intentar manchar el esfuerzo de los muchachos”, expresó también De los Cobos. Y aquí sí estoy de acuerdo. Justifico: cuando una selección fuerte como Brasil o Francia hacen un gol por el error del rival, se le baña de aplausos porque obligaron al oponente a equivocarse, porque el gol llegó por fruto de la presión, porque tienen delanteros oportunos y cazagoles, etc. Ajá. Y cuando la Selecta llega al gol por esa vía, ¿fue chiripa, pura suerte? Creo que eso no es justo.
Analicemos: El 1-0 llegó por un tiro libre de Mayén como producto de jugar en campo rival; Nelson Bonilla estuvo ahí para anotar; y Óscar Cerén obligó al error del zaguero jamaicano para el 2-0. ¿Por qué no aplaudirles, en lugar de restarles mérito?
Y me quedo con una última frase del profesor: “Ustedes como salvadoreños deberían sentirse orgullosos de su selección”. Bueno, pienso que ese orgullo aún no está consolidado, pero empieza a construirse. Es un vínculo que debe sanar, entre una afición que ha sufrido mucho y por amplias razones: Fesfut incapaz, caso amaños, sin mundial desde 1982… El salvadoreño ha tenido paciencia, misma que debe tener también el entrenador, pienso, a responder a preguntas incómodas. Es su rol y también el nuestro.