Luces y sombras del deporte salvadoreño en el 2018

Repaso general a lo que vivió el deporte salvadoreño en un año lleno de altos y bajos. Una columna de opinión por Gustavo Flores

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Por Gustavo Flores | Twitter: @Gusflores21

2018-12-24 9:30:30

Se nos va este 2018 complicado para el deporte salvadoreño pero con algunas destellos de esperanza. El fútbol dejó más sombras que luces y no pocas críticas. Los resultados deportivos que tuvieron las selecciones no fueron los esperados y se quedaron fuera en eliminatorias juveniles y femeninas. Las deudas económicas con la Playera son, lamentablemente, moneda corriente.

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El tritón salvadoreño cerró su año con el Mundial de China. Contó sus valoraciones de este 2018 y qué espera para el año que viene. Ahora, entrena en EE.UU.

La Selecta mayor cerró un año aciago con una derrota inesperada e inexplicable ante Bermuda que lo pone en la cuerda floja para clasificar a Copa Oro. Sin embargo, hubo aspectos para destacar y ejemplos para seguir. Alianza y Tecla marcan el camino tanto adentro como afuera del campo de juego. No es casualidad que hayan jugado su quinta final consecutiva, algo inédito en la mayoría de las ligas del mundo.

La llegada de un legionario a la Primera de Portugal (Denis Pineda en Santa Clara) y la millonaria contratación -para este medio- de Nelson Bonilla al Bangkok United, además de la regularidad de Darwin Cerén en la MLS certifican que con profesionalidad y esfuerzo se puede destacar a nivel internacional. Dejando de lado el fútbol, en los Juegos CA y del Caribe no se cosechó lo esperado en medallas pero destacaron dos de los mejores deportistas salvadoreños del año: el nadador Marcelo Acosta y el arquero Roberto Hernández. Uno entrenando en EE.UU. y el otro en San Salvador, dan frutos a nivel internacional.

Marcelo Arévalo, uno de los ganadores.Foto EDH/ Huber Rosales

También el tenista Marcelo Arévalo, que se metió entre los 50 del mundo en dobles, y tuvo un año dulce. En el deporte salvadoreño hay futuro. Ganaron el premio “Promesa del año” en la Espiga Dorada por talento, condiciones y constancia: el atleta Víctor Steiner y la nadadora Elisa Funes. Ambos ya se foguean con la elite del mundo. Son la punta de lanza de la esperanza que no se apaga a pesar de los obstáculos: la de representar dignamente a El Salvador en el mundo.