¿Qué pasará después del Clausura 2018?

Se avecinan las incertidumbres de siempre en el fútbol salvadoreño, donde el jugador por lo general es el más afectado

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Entreno de Firpo en Usulutan, en el estadio Sergio Torres / Foto Por EDH/ Menly Cortez

Por Josué Navarrete | Twitter: @JNavarrete_EDH

2018-05-07 12:19:48

Las semifinales del Clausura 2018 ya son una realidad y han avanzado los equipos que tenían, en mayor o menor medida, el cartel de favoritos (punto y aparte lo de Audaz), lo cual pone de manifiesto lo impredecible que es el fútbol salvadoreño.

Pero, viendo las cosas desde el otro lado, algunos de los equipos que pasaron a semifinales y los que entraron de vacaciones tras la fase regular, vuelven a caer en el eterno limbo de qué será de su existencia de cara a la nueva temporada; salvo Isidro Metapán, que ya está comenzando a planificar su pretemporada.

Ya se comienzan a escuchar las historias de siempre: falta de pago, posibilidades de moverse de ciudad, e incluso, la venta de categoría para que vuelvan equipos que ya han estado en el circuito de privilegio y faltan, entre otros, los cambios de entrenador y el movimiento del mercado de piernas, con los problemas que esto implica por la falta de pagos y extensión de finiquitos.

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Es un hecho que el fútbol salvadoreño sigue careciendo de planificación en la mayoría de sus equipos, pero tampoco da la impresión que estos equipos hagan algo diferente por cambiar la historia, salvo lo que están haciendo algunos de los clasificados a semifinales… ¿esto significa una casualidad? No lo creo.

Incluso los jugadores ya están comenzando a dar el paso con la formación de su asociación, para defender sus derechos como trabajadores que son y qué bueno por eso; pero siempre queda la impresión que se pudieron evitar tantos problemas si se hubiera implementado antes. Aunque eso es otra historia.

El futuro de los jugadores y sus problemáticas, así como el de los equipos, seguirá en ese tono gris, de no tomar acciones serias para cambiar y daremos paso a que la fiesta del equipo que resulte campeón y el Mundial sean la fórmula para que estos problemas pasen a un segundo plano (aunque no debería ser así).