Mientras la mayor parte del aliancismo celebraba eufórico la victoria sobre Tigres (2-1), el miércoles, el entrenador Wilson Gutiérrez se lo tomaba todo con más calma y evitó calificar de “histórico” el resultado de ida por los octavos de final de la Liga de Campeones de Concacaf. La rueda de prensa le sirvió al colombiano para agradecer a Dios, hacer su análisis en frío, elogiar a sus jugadores y tratar de dimensionar un poco lo que ha logrado en casi nueve meses al frente del equipo capitalino.
Eso sí, Gutiérrez entendió que no todo el partido fue parejo y que los albos no entraron a la cancha de la mejor manera. “Es normal que Jacobo, Clavel, Larín -que a pesar de su experiencia, no venía siendo titular-, tengan estas dificultades para acomodarse en la cancha. En frente teníamos jugadores importantes, de selección y mundialistas. (Los jugadores) se sentaron bien en la cancha cuando se dieron cuenta de lo que estaban jugando; se tomaron confianza y eso fue importante”, reveló.