El preolímpico de Conmebol dio la nota negra en esta semana en el fútbol mundial. Brasil y Chile, que se midieron en el estadio Pacaembú, de San Pablo. Más allá que el encuentro terminó 3-1 a favor de la verdeamarelha, en el final del juego se produjo un choque entre varios futbolistas de ambos combinados que terminó con dos futbolistas expulsados.
Era el minuto 34 de la segunda parte, Pedrinho llevaba el balón con la marca de Alex Ibacache, el chileno le propinó dos puntapiés al delantero que lo dejaron casi noqueado y generaron la ira de sus pares brasileros.
Luego comenzaron las persecuciones: varios futbolistas de los dos seleccionados intentaron agredirse con golpes de puño hasta que apareció el capitán del “Scratch”, Lyanco, quien tomó a Ibacache y le hizo una movida semejante al de una arte marcial.
“Ippon”, gritó el relator brasileño de la cadena Sport TV, en referencia a una de las acciones que tiene el judo para ganar un combate. Una locura. El árbitro esperó a que se calmara la situación para repartir rojas.
Más allá del conato ocurrido en el final del juego, Brasil le pasó encima a Chile en cuanto a juego y lo demostró en la cancha. Con una gran actuación de Matheus Cunha, el jugador que milita en el Leipzig de la Bundesliga alemán fue autor de dos goles y asistió en el tercero a Anthony. Dávila, de penal, descontó para la selección chilena.
En Sudamérica, a comparación de lo que sucedió en la última década -el torneo sudamericano Sub 20 ofició como clasificatorio olímpico-, la Conmebol volvió al formato que se disputó por última vez rumbo a Atenas 2004: en enero del año próximo se jugará un campeonato con futbolistas Sub 23 que entregará dos plazas para participar de Tokio 2020.
Del 15 de enero hasta el 2 de febrero de 2020 se jugará en las ciudades de Armenia, Bucaramanga y Pereira, Colombia, el certamen que tendrá al campeón y subcampeón como los representantes del fútbol sudamericano en la próxima cita olímpica.