Lo que para muchos es un fiasco, en realidad podría ser un gran negocio para el Real Madrid y Barcelona, los únicos equipos que no han dado marcha atrás al proyecto de la Superliga europea, un proyecto que buscaba organizar un torneo paralelo a la Champions League con los equipos más ricos y poderosos del viejo continente, pero que perdió fuerza tras la salida en masa de los cuadros británicos e italianos.
Sin embargo, los 12 equipos que perseguían esta idea firmaron un contrato que tiene una cláusula de rescisión que equivale a 360 millones de dólares. Según develó el medio Voz Pópuli, los clubes fundadores están comprometidos a cumplir con el proyecto o, en caso contrario, deberán pagar esa suma.
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, es el que encabeza todo, y, junto al Barcelona, son los cuadros que han decidido mantenerse en que el proyecto debe continuar para "salvar al fútbol".
Pérez, un maestro de los negocios, blindó el acuerto para evitar que algún equipo se marchara a medio camino, e incluyó, dentro de los contratos que firmaron, una cláusula de penalización de 300 millones de euros (360 millones de dólares), que equivalen a su parte individual de los 3,200 millones de euros que recibió la Superliga por parte del banco JP Morgan para financiar la competición, y que estaría destinada a los fundadores.
Ahora bien, hay un detalle, la Superliga como tal "continúa viva" mientras no paguen los clubes esa penalización, y también hay que sopesar que, de por medio, está la misma UEFA, la cual podría ayudar a estos mismos clubes a dejar la competición de forma total.
Pero si el tema se va por la vía legal y los salientes se ven obligados a pagar la penalidad, tanto el Barcelona como el Real Madrid podrían enfrentar por fin sus deudas de 500 y 354 millones de euros, respectivamente, acumulados en el último ejercicio fiscal.
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