El Liverpool ganó 4-0 al Barcelona, remontó el 3-0 de la ida de las semifinales de la Liga de Campeones y se clasificó para su novena final de la máxima competición continental.
Los hombres de Jürgen Klopp superaron con claridad al conjunto azulgrana, que, superados durante los 90 minutos, perdieron la opción de ganar su sexto título el próximo 1 de junio en el estadio Wanda Metropolitano del Atlético de Madrid.
Parecía la parte escrita de un guión preparado de antemano en Anfield. Un Liverpool al que le daba igual no tener a Mohamed Salah y Roberto Firmino, porque Origi y Shaqiri tomaban sus papeles entonados por la grada. Muy por encima de su nivel real quizás, muy al nivel del escenario.
Compugido y asustado y siempre con Roma en la mente, el Barcelona salió de la cueva, con un Messi buscado continuamente, para encontrarse con Alisson. El guión marcaba que la magia tenía que durar más, que el hechizo no se podía quebrar aún.