El torneo Preolímpico de la Concacaf está a la vuelta de la esquina para la Selecta Sub 23, solo hay dos boletos disponibles y la Azulita buscará amarrar uno de ellos y parar la racha de 60 años sin asistir al fútbol de unos Juegos Olímpicos.
El equipo cuscatleco partió ayer a las 2:30 de la tarde con destino a Perú, donde le espera un par de amistosos contra la selección preolímpica local, que también tiene en la mira un pase a los juegos de Tokio 2020 vía Conmebol.
Rodolfo Góchez es técnico al mando de esta selección, tras asumir apenas en octubre pasado, y ha dispuesto de sus jugadores desde los últimos días de 2019.
“Este tipo de fogueos (ante Perú) son los que nos van a permitir saber cómo estamos con nuestra idea de juego, de combinar ciertos elementos. De repente, algunos jugadores no habían estado en Selección Nacional, pero han estado trabajando bien, son muy atrevidos y exponerlos a este tipo de juegos es para elevarles ese nivel de competencia”, externó antes de partir a suelo inca.
Por su parte, el defensa Diego Chávez expuso que aprovecharán estos compromisos para “ver las debilidades, sacar las fortalezas, todas las cosas que hemos trabajado con el profe Góchez”, y tratar de mejorar sobre lo aprendido.
El combinado peruano sub 23 examinará a su similar salvadoreño este jueves, y luego el sábado. Son los primeros compromisos del año para la Azulita, que tiene en la mira otro par de choques ante Costa Rica, a finales de este mes.
Este mismo jueves, la Azulita sub 23 también conocerá a sus rivales en el Preolímpico que se disputará en Guadalajara, México, a finales de marzo e inicios de abril, pues se sorteará la fase de grupos.