Real Madrid recuperó la sonrisa en casa tras vencer al Valladolid
El debut de Santiago Solari en el banquillo merengue como local se complicó hasta los últimos diez minutos, donde la joven promesa Vinicius Jr, impulsó un autogol para abrir el marcador
La fortuna que le dio la espalda a Julen Lopetegui premió a Santiago Solari por su apuesta por Vinicius, el futbolista que a base de descaro sacó al Real Madrid del sufrimiento eterno en Liga, y castigó con un disparo que rechazó en la espalda de Kiko Olivas, a un gran Real Valladolid.
Ha nacido una estrella. Vinicius, el futbolista diferente de una plantilla poco reforzada, devoró los 17 minutos que recibió Solari para cambiar el rumbo de un partido que iba encaminado a un nuevo tropiezo madridista. El Valladolid había estrellado dos disparos en la madera y solo el descaro del joven brasileño, sacó el miedo del cuerpo del madridismo. Una afición que señaló culpables.
Resucitar a un equipo en caída libre y que no encuentra su identidad, no es una tarea que se logre con rapidez. La reacción en Copa del Rey mostró orgullo de la segunda unidad. En Liga no iba a ser tan sencillo. El rival ya no era un Segunda B. El Real Valladolid confirmó en el Santiago Bernabéu las buenas sensaciones que le cuelgan el cartel de equipo revelación.
Se enfrentaron antes del partido. Devolvieron 100 hinchas culé a Barcelona.
Solari se cargaba a Isco para premiar a Asensio, quien tras un arranque con fuerza se instalaba de nuevo en la intrascendencia. Su 4-2-3-1 daba más libertad a Modric y contacto con el balón, Bale de nuevo en la derecha con un nuevo entrenador. Una posición en la que solo se ve el galés, que tiene más continuidad cuando asoma por la izquierda, su zona natural.
Benzema buscaba el gol con un disparo cercano al poste, Asensio metía un centro con aroma de gol y Bale cabeceaba otro con peligro. Era el inicio con un Real Madrid dominador, instalado en campo rival, que daba amplitud con dos extremos pegados a la cal. Bale frenaría las incorporaciones de Odriozola. Faltaba algo de velocidad en el toque y el Valladolid iba ganando buenas sensaciones.
Aguantó el equipo de Sergio sin sufrimiento la búsqueda de un gol madridista y, tras un testarazo de Casemiro que detenía un seguro Masip, adelantaba metros para instalar la desesperación en la grada. El momento bajo de Nacho y Sergio Ramos, al que acompañó algún silbido cada vez que tocó el balón, lo aprovecharon los jugadores de ataque del Valladolid.