La Real Sociedad dio una exhibición de estilo en el Santiago Bernabéu, en la máxima expresión de la apuesta futbolística de Imanol Alguacil, para dinamitar la Copa del Rey de las sorpresas eliminando a un Real Madrid que regresó al pasado, vulnerable en una competición maldita para Zinedine Zidane.
La Real Sociedad dejó un recital para el recuerdo para lograr su pase a semifinales tras desenchufar al equipo en mejor forma, un Real Madrid que cortó con estrépito su racha de 21 partidos sin perder, en una nueva noche negra en una competición a la que no toma la medida.
Le faltó tensión al Real Madrid de inicio, como si no estuviese avisado de una Copa repleta de sorpresas y de la entidad de una Real Sociedad que asocia su nombre al buen fútbol. Con personalidad y gusto por el balón, siempre encontrando espacios para la velocidad de Isak que sacó las vergüenzas de la zaga madridista como hacía tiempo no ocurría.
De golpe el Real Madrid fue desorganizado y vulnerable, todo lo contrario a lo logrado por Zidane en una reconstrucción que tenía mérito. Añoró la figura de Casemiro y acusó la falta de tensión. Los laterales hacían aguas y los centrales no daban a basto. Ante la falta de control la moneda al aire podía caer de cualquier lado. Benzema se topó con Remiro, seguro abajo, y Militao salvaba la primera lanzándose a la carrera de Januzaj cuando armaba el disparo.