Jugador que se suicidó denunció previamente ataques racistas

A través de una carta, el joven Seid Visin, ex del Milan del fútbol italiano, contó lo que sufría

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Una persona carga una pancarta contra el racismo en Inglaterra. Foto / AFP.

Por César Najarro / Internet

2021-06-05 4:02:18

"Un infierno" vivía Seid Visin, un joven que tenía apenas 20 años, deportista de las categorías inferiores del Milan y quien, este viernes, se quitó la vida para acabar con su dolor. El muchacho, un migrante de origen africano, contó a través de una carta lo que vivía.

En 2019, Seid encontró una forma de escape, de desahogo, escribir. Ahí contó, en una carta, todo lo que pasaba. Esta es la historia de un joven deportista que había jugado en las categorías inferiores del Milan, donde coincidió con Donnarumma.

El chico ya no podía soportar más episodios de racismo y acabó todo quitándose la vida. A raíz de ello, la psicóloga de este decidió publicar el escrito de Visin.

Su muerte no fue causada por un accidente o por una enfermedad. El joven se quitó la vida porque no podía soportar más los episodios de racismo que padecía en su vida.

"Donde quiera que vaya, donde sea que esté, donde sea que esté, siento sobre mis hombros, como una piedra, el peso de las miradas escépticas, prejuiciosas, disgustadas y asustadas de la gente", dice el escrito.

Donnarumma, portero del Milan durante muchos años, quedó impactado por el suceso y se despidió de excompañero a través de las redes sociales: "Conocí a Seid nada más llegar a Milán, vivíamos juntos en un internado, han pasado algunos años pero no puedo y no quiero olvidar esa increíble sonrisa suya, esa alegría de vivir. Era un amigo, un chico como yo", contó.

Visin era un niño de origen etíope que logró una "oportunidad de superación" inigualable, pero terminó encontrando la muerte de manera trágica. "No soy un inmigrante. Fui adoptado cuando era pequeño. Antes de este gran flujo migratorio, recuerdo con un poco de arrogancia que todos me querían. Parece que todo se ha puesto del revés. Hace unos meses logré encontrar un trabajo que tuve que dejar porque demasiadas personas, en su mayoría ancianos, se negaban a ser atendidas por mí y, como si eso fuera poco, como si no me sintiera ya incómodo, me señalaron también la responsabilidad del hecho de que muchos jóvenes italianos (blancos) no encontraran trabajo ".

"Cuando estaba con mis amigos hacían bromas de mal gusto sobre negros e inmigrantes. Para enfatizar que yo no era de esos, que no era un inmigrante, sino lo único que se destacó fue el miedo. Veía el odio en los ojos de la gente hacia los inmigrantes, el miedo al desprecio que sentía en la boca de la gente".

"Quiero suplicar por compasión, pero solo para recordarme que la incomodidad y el sufrimiento que estoy experimentando son una gota de agua frente al océano de sufrimiento que esas personas de marcada y vigorosa dignidad están experimentando, quienes prefieren morir en lugar de llevar una existencia en la miseria y el infierno".

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