Se nos va el 2020 que nunca imaginamos, ni quisimos, y con varias sensaciones agrias en cuanto al deporte salvadoreño. Y brindamos por un 2021 mejor, claro.
Por un lado, la pandemia ha dejado aún más expuesto a los dirigentes del fútbol salvadoreño. Hubo varios escándalos, encabezados por el título de 11 Deportivo, el insólito campeón del fútbol salvadoreño que duró apenas 40 días. Un día, sin saber bien por qué, se lo declaró campeón del torneo suspendido por la pandemia. Otro día, sin saber bien por qué, se decidió retirarle el título.
La anulación de los descensos fue otro de los sinsentidos. Se suponía que los equipos pudieran trabajar con mayor tranquilidad. Pero ni siquiera eso sirvió para que los dirigentes de Primera tuvieran más tiempo para dejar trabajar a los entrenadores. Al día de hoy, 7 de 12 equipos han cambiado técnico. Era un torneo donde los dirigentes se quejaban de los gastos y con razón, pero debieron pagar finiquitos a los técnicos salientes y nuevos salarios a los entrantes.
El final de año llegó con otra perlita: la decisión de Metapán de prohibirle a la prensa difundir la actividad de su propio equipo.
En el aspecto deportivo, el fútbol salvadoreño siguió volando bajo. Los tres equipos de Concacaf (Alianza, FAS, Limeño) se despidieron en su debut del torneo. La Selección tuvo menos de cinco entrenos en el año y dos amistosos: en enero ante una selección alternativa de Islandia (0-1) y el 0-6 de diciembre ante el juvenil y aceitado equipo de EE.UU, que todavía retumba entre los aficionados. Hubo algún amague de microciclo en el medio, suspendido por el positivo de Iván Mancía, hoy recuperado.
La Sub-23 se quedó sin entrenador después de despedir a Rodolfo Góchez tras una convocatoria de jugadores que no gustó a los dirigentes. Se habla de que podría tomar el cargo Hugo Pérez; sería una decisión acertada si se da envión a aquel plan presentado con Zarco Rodríguez y Díaz Arce para las selecciones en un futuro. Sería clave que los dejaran trabajar.
Hubo algunos puntos positivos: el respeto del público en los estadios; los legionarios en Sudamérica: Domínguez en Bolivia (primer salvadoreño en jugar y marcar en Libertadores), Pineda en Ecuador, Santamaría en Perú, Erick Rivera también en Bolivia; la constancia de Darwin Cerén en EE.UU. y los goles de en Tailandia. La agradable sorpresa del paso de Linda Frías al fútbol mexicano.
Y el aplauso final para los oros regionales de los líderes del deporte salvadoreño de estos tiempos: Paulina Zamora, Yuri Rodríguez y Roberto Hernández, ejemplos a seguir.