El próximo martes, el Barcelona tendrá su partido inaugural de la nueva edición de la Champions League, y enfrentará nada menos que al Bayern Múnich, equipo con el que tiene cuentas pendientes.
A estas alturas, ya no habría ninguna entrada en tiempos "normales". Pero Messi se fue y no hayan qué hacer con 8 mil entradas que nadie quiere.
La situación es increíble tomando en cuenta que, en realidad, el aforo no está habilitado en su totalidad. Apenas 40 mil boletos han sido puestos a disposición debido a las restricciones del COVID-19, pero ni así han logrado venderlas todas.
La dirigencia hasta tenía preparado un sistema de sorteo para las entradas ya que están acostumbrados a que la demanda supere siempre la oferta, pero ahora ni siquiera han podido poner a disposición todos los boletos pues no hay tanta gente que tenga pensado ir al estadio.
Y es que, sin Messi no es lo mismo, más allá de que seguramente la gente se lo piensa dos veces a la hora de ir al estadio en medio de la pandemia y de la crisis económica que muchos padecen.
En Francia, todo lo contrario ocurre, sobre todo en el PSG, que vende camisetas de Messi como pan caliente y que, aunque apenas ha jugado una vez con los colores de su nuevo equipo (de visita en la fecha pasada), se habla muchísimo sobre su figura, tanto así que las ventas de boletos se han disparado para partidos en los que no se sabe si estará presente aún.
Messi recién volvió a París de las eliminatorias con Argentina, su selección, que no pudo disputar más de 4 minutos ante Brasil en una situación especial, pues miembros del departamento de salud sacaron a 4 argentinos del campo aduciendo cuestiones de seguridad por protocolos anticovid. Luego, vencieron a Bolivia con triplete de Messi. Y esta mañana (tarde-noche en París) ya estuvo de nuevo con el equipo, pero en las gradas.
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