El pacto secreto que impide al Manchester City fichar a Messi

Cuando Lionel Messi y sus abogados decidieron enviar el burofax para tratar de hacer valer una cláusula de salida para rescindir su contrato, tenían la esperanza también que algún club (principalmente Manchester City, y en segundo lugar París Saint-Germain) mostraran interés y pujaran por él, a tal punto de llegar a ofrecer buenas cantidades al ojo de la junta directiva del Barcelona.

El debate sobre si el hecho que la temporada se alargó por el Coronavirus le da o no la razón al argentino o al Barcelona (la cláusula hablaba que podía anunciar su salida gratuita hasta 10 días después de mayo al finalizar la temporada) no tendría más resolución que en un juzgado particular.

Eso es un riesgo para ambas partes, puesto que un juez podría determinar que se puede ir gratis o que el club que lo pretenda deba pagar la cláusula de rescisión de más de 820 millones de dólares, o algún monto por determinar según una serie de variables, como salario, valor de mercado del jugador, etc.

Messi, o al menos su entorno, contaban con que las ofertas aparecerían, con el apoyo de la opinión pública (en contra de Josep María Bartomeu en su mayoría), con que la temporada se alargó y con que las arcas del Barcelona no están bien y, por tanto, buscó una “salida amistosa” con el club. Una salida que abriera la puerta a que el Barcelona recibiera alguna buena plata, pero que permitiera a un club poderso poder pagar sin mayor problema.

Sin embargo, un pacto secreto entre los grandes clubes europeos les frenó la jugada y ha llevado a Messi, sus abogados y su entorno a recular, a pensar en quedarse y aceptar la oferta de Bartomeu de renovar por dos años, o de, al menos, cumplir con lo que resta de su contrato y marcharse gratis.

El pacto no está escrito en ninguna parte, pero ha puesto freno al Manchester City, el equipo más interesado y con mayores probabilidades de pujar por el argentino, así como al PSG.

El City recién estuvo bajo sospecha de no cumplir con el juego limpio financiero, y por poco se queda sin competir en Europa, hasta que un fallo del Tribunal Arbitral Deportivo (TAS) anulara esa parte del castigo y sólo les dejara una multa. Sin embargo, quedó bajo sospecha, como ha estado desde hace años de que maneja formas indebidas para llevar jugadores y para pagar grandes sumas de dinero.

Bajo esa situación, y en un contexto en el que incluso estuvo involucrada gente del mismo City y del PSG (que también estuvo en el pasado reciente en los mismos problemas), los principales clubes europeos pactaron de palabra un acuerdo que impide ir por jugadores de manera agresiva, o cuando la otra parte (es decir el equipo al que pertenece el futbolista) no quiera vender o negociar.

En el papel de la Asociación de Clubes Europeos no aparece ese punto por ningún lado del reglamento interno, pero medios como Marca (España) aseguran que los dirigentes de los principales clubes están al tanto de lo hablado.

Ahora, el City no puede ni quiere afrontar el hecho de acompañar con dinero el pedido de salida de Messi porque el Barcelona no quiere negociarlo. Quedaría mal parado ante el resto de clubes europeos, y bajo sospecha de sus malas formas… de nuevo. Y el PSG tampoco piensa arriesgarse tanto, más cuando saben que, si todo termina en un juzgado (que será así si Messi insiste en irse y el Barcelona en no ceder), podrían verse obligados a pagar los 820 millones si así lo decide un juez.

Más que pensarse si se queda o se va, a Messi no le va quedando otra más que llevar el tema al extremo, o aguantarse al menos un año más estar en Barcelona… con o sin Bartomeu, ya que sabe que en su poder está que este se marche, basta una frase pública suya: “me quedo si él se va”.