Carlos Roberto Castillo es un salvadoreño que ha vivido entre recortes, banderines, fotos y muchos recuerdos de fútbol, muchísimos. Tiene tantos álbumes propios armados de forma casera, sencilla pero disciplinada finalmente, que la cantidad asusta, y eso que hace unos años hizo una pausa… ¿pero saben? él aún no termina dicha labor.
La vida de Carlos Roberto Castillo ha sido dentro de lo que cabe normal. Tiene hijos, está pensionado, se casó, tiene una casa, una mascota, muchos amigos; hasta ahí todo bien. Sin embargo, Castillo se dedica en ocasiones a llevar resmas y resmas de papel con una cantidad ingente de recuerdos sobre el deporte rey, sí, son sus dichosos álbumes; esos que acostumbró a llevar a cada fecha de la Liga Máster, un certamen que reúne varias leyendas de nuestro balompié.
Muchos exfutbolistas hablan de él como un colega más, aunque nunca se haya dedicado al deporte como tal. Es identificado, y en varias ocasiones hasta esperado, por esos talentos que hace años nos deleitaron con sus goles, salvadas o barridas. Su presencia es demandada por el ego, la nostalgia y hasta la sorpresa de varios exfutbolistas tanto salvadoreños como extranjeros; resulta difícil dimensionar cuánto le estiman a Don Carlos Roberto.
Durante años Castillo ha recolectado miles y miles de recortes sobre fútbol, algunos banderines, y hasta revistas. Su colección es exagerada, brutal, y eso que con modestia se atreve a decir que otros colegas extranjeros le rebasan en cantidad, y quién sabe si en calidad.