Es que Mágico González siempre es un “estuche de monerías”, al hablar de su vida cuando deja por un momento las reservas que suele tener de aparecer en los medios, brinda frases que permiten entender un poco mejor por qué fue como fue y el hecho de amar a una ciudad modesta que le dio sus mejores momentos en el fútbol.
En el suplemento Primera Plana del Diario Marca de España, Mágico habló como no podía ser de otro tema, del ascenso de su Cádiz a la Primera División, “Lo sigo siempre con rigor, aunque me invade un sentimiento de anhelo. Añoro todo de Cádiz. En estos días he sentido la necesidad de ser uno más”, expresó.
Inmediatamente después recordó un factor que pudo haber sido la diferencia en su modo de ver y jugar al fútbol, algo que ya traía desde este país: “El Salvador es un país en el que necesitamos crecer en la profesionalidad, todavía no sabemos cómo hacer algo en el fútbol y competir. Por entonces, en los años 80, imagínese lo que era… Creo que aquella inocencia mía, o ignorancia, me ayudó a hacer un mejor fútbol”.
La anécdota inolvidable sobre cómo despertaban al Mágico González
En cuanto a sus años en el equipo gaditano, Mágico recuerda que el jugar con ellos le permitía jugar libre, sin ataduras, aunque eso implicara no hacerle caso de entrada a las indicaciones de sus entrenadores, algo que afirmaba hacer sin mala intención, porque simplemente no se daba cuenta de ellas, al estar en su “limbo futbolero”.
Afirmó tener una frase de referencia, “mi máxima siempre era disfrutar jugando al fútbol, y si no la cumplía, nunca alcanzaría a hacerlo bien”, lo dice tras casi 40 años de aquellas temporadas estelares en el equipo de la “tacita de plata” con el que subió a Primera en su temporada debut, la de 1982-1983 siendo uno de los máximos romperredes del campeonato.
Posteriormente, al ser cuestionado sobre lo que pudo alcanzar cuando lo buscaron, entre otros, Real Madrid y Barcelona, González Barillas evidenció nuevamente esa conexión única con Cádiz, “Me faltó un poco de ambición, lo reconozco, si hubiese sido un futbolista de esos que iban siempre peinaditos y con sus zapatitos, hubiese sido otro. Quizás hubiese tenido la oportunidad de jugar la Copa de Europa, pero yo me imagino más con la camiseta de Pink Floyd y la del Cádiz, porque ese soy yo, y doy gracias de haberlo sido“.