Excompañero de Mágico González en el Cádiz: “Era un genio, lo que muchos soñaban, él lo hacía con los ojos abiertos”

Kiko Narváez concedió una entrevista donde se decantó por completo hacia Jorge González Barillas

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Mágico González (izq.) ante la mirada de Kiko Narváez, en el juego de despedida del salvadoreño. Foto EDH / Archivo

Por Sander Franco | Twitter: @sanderfranco

2020-06-02 9:18:54

Francisco “Kiko” Narváez pasó de ser un joven que trabajaba para ver los juegos del Cádiz con Mágico González a ser su compañero en el equipo amarillo, aunque no convivieron tanto tiempo recordó sus vivencias en primera persona con el salvadoreño.

Narváez además del Cádiz, militó en el Atlético de Madrid, donde ganó el histórico doblete (Liga y Copa) de la temporada 1995-1996

“Al campo ibas con la ilusión de ver algo diferente, a ver qué hace hoy el Mago. Había un momento que el Carranza se callaba y de repente empezaba ¡ahora, ahora, ahora!”, contó Narváez al diario español El País.

Según su relato, a Narváez le cautivó la culebrita macheteada, su famosa jugada que maravillaba a la grada y era dolor de cabeza para los rivales. “Ese gesto con el exterior hacia adentro y luego el empeine exterior hacia fuera levantando la pelota… Era un genio, lo que muchos soñaban él lo hacía con los ojos abiertos. Era un jugador más para disfrutar que para imitar porque la integridad física podía correr peligro. Hacía cambios de orientación de 40 o 50 metros de rabona”, dijo.

Kiko Narváez pisó el césped del estadio Mágico González para la despedida de Jorge. Foto EDH / Archivo

Kiko Narváez, como jugador de las categorías inferiores del Cádiz, compartió esas vivencias al lado de Jorge que le quedaron marcadas. Según la publicación del rotativo español: “Le molaba venir. Se sentaba con nosotros, era un tipo superculto y profundo, bohemio. Le escuchabas y parecía un poeta. Nos hablaba de la vida, de ser serios y responsables, de que teníamos una oportunidad y de que, con el paso del tiempo, no nos pudiésemos arrepentir de haberla desperdiciado. Escuchaba las historias del Mago de por la noche y luego le veías hablando con nosotros de día… Prenda por la noche, poeta de día. Como El Trinche. Maestro y discípulo”, sostuvo.

Cuando Narváez encabezó la expedición de ex jugadores del Cádiz para jugar aquel partido homenaje a Jorge en nuestro país allá por el 2004, Kiko cuenta que la única condición que puso Mágico fue la presencia de su amigo Emilio Ramírez, que conoció al connacional cuando volvió al cuadro amarillo de su préstamo por el Valladolid, desde ese momento se volvieron inseparables.

“Era supergeneroso, había veces que llegaba a un restaurante descalzo porque le había regalado el calzado a alguien que se lo hubiera pedido”, cierra Narváez, al recordar a Mágico González.