En plena pandemia de Covid-19, la fiesta de la grada parece no inmutarse. Ni tener fin. El estadio Sergio Torres de Usulután fue ayer el claro ejemplo de que el fútbol se siente y se vive, sin importar qué pase.
El duelo Firpo contra Alianza comenzó con el morbo de que se jugaba a las 2:30 de la tarde. En plena alta temperatura. Por lo que las taquillas se habilitaron desde cuatro horas antes (10:30 a.m.). Y, como era de esperarse en un clásico joven, la afición no quiere perderse nunca ese partido.
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Por eso, el lleno del estadio fue total. Claramente, mandó la hinchada de Firpo. Pero también llegaron albos. Dos barras numerosas, que no perdonaron quedarse sin ver el partido desde adentro.
Los boletos, sin embargo, se agotaron. Desde al menos 45 minutos a una hora antes, no había más entradas, sobre todo para las excursiones de Alianza que viajaron más tarde. Pero también confirmaron que no hubo más tiquetes para los locales. Todo se terminó, y el aforo quedó sin espacios vacíos.
Para evitar incidentes entre barras, dividieron los ingresos. Primero, pasaron los albos, restringiendo el tránsito a los pamperos. Luego, accedieron los locales. Pero no todos entraron, hubo muchos que se quedaron fuera. Aún así, muchos estaban pegados en las filas, sin distancia, y sin mascarillas. Error.
Dentro, no hubo espacios. De nuevo, el tema del distanciamiento social se quedó en duda y corto. Los aficionados estaban juntos, en todos los sectores, con poco para decir de que no podían contagiarse de Covid19, si es que alguno estaba entre los asistentes y era asintomático.
Con todo y las pocas medidas para evitar contagios, el juego de disputó. La fiesta se vivió en la grada, con el coronavirus encima, con el mayor sinsabor de los hinchas usulutecos, y con la alegría de los capitalinos por el triunfo. Sin embargo, una vez más los protocolos de salud desaparecieron, y mandó el fútbol.
Incluso, al finalizar el juego en el estadio comenzaron a tirar bolsas de agua y algunas piedras en el sector sol preferencial donde estaba la afición de Alianza y sector sol sur los aficionados de Firpo. Y tuvo que intervenir la policía para calmar los ánimos de los fanaticada pampera tirando gas lacrimógeno.