Los primeros gritos de gloria de Marte y Firpo, dos grandes que quieren volver al fútbol nacional

Cancha se dio la tarea de recordar a estos equipos que se resisten a perderse en el anonimato de los compases modernos. Un repaso puntual por memorias de sus primeros títulos

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Firpo logró su primer título en 1989. / Foto Por Archivo

Por Roberto Leiva / Twitter: @RobbieRudd

2020-05-09 4:00:19

Se acerca el retorno de dos históricos del fútbol nacional, dos equipos con una riqueza y un bagaje amplio en El Salvador. Como el Ave Fénix, Firpo y Marte buscan un regreso imperial al gran escenario deportivo salvadoreño. Sus aficionados comen ansias por apoyar de nuevo a los suyos en el máximo circuito. La hora se acerca y la presencia de ambos podría confirmarse pronto.

En Cancha nos dimos la tarea de recordar tiempos distintos, un ejercicio para refrescar la memoria y traer a cuenta épocas con una distancia importante, nombres que ya no suenan tanto en el caló popular, pero que, como la llama del fuego más crepitante, se niegan a extinguirse.

Empezamos con el primer equipo campeón de Atlético Marte, escuadra fundada en 1950. El equipo azul no demoró mucho tras ver luz en alcanzar la gloria en el redondo nacional, tan solo le tomó cerca de cinco años.

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Atlético Marte acabó campeón tras 18 jornadas disputadas. En aquellos días, la Liga Mayor estaba conformada por 10 equipos entre los cuales estaban Dragón, Once Municipal, Santa Anita, Independiente, Firpo, FAS, Leones, Juventud Olímpica y Asturias Municipal.

El equipo azul se consagró monarca con 30 unidades, seis más que el Dragón liderado por Juan Francisco “Cariota” Barraza. Ambos equipos mitológicos terminaron con dos empates, así que todo se decidió en los juegos ganados.

Tras 14 victorias, el equipo azul llegó a lo más alto gracias al éxito labrado por auténticas leyendas del balompié cuscatleco, como Conrado Miranda, Luis “Loco” Regalado, Manuel “Tamalón” Garay, entre otros.

Atlético Marte logró su último campeonato en 1985.

Según el Atlético Marte fue Miranda, apodado como “El Estilista”, quien bautizó así tal cual al equipo azulón. El nombre cambió varias veces a lo largo de su historia, pero hoy en día se mantiene tal cual desde sus inicios. A don Conrado le apodaron así porque fue muy técnico en su etapa como futbolista. Por cierto, él tuvo el doble rol cuando salió campeón con Marte en dicha ocasión, entrenador y jugador.

Ya desde entonces los extranjeros cumplían papeles protagonistas o de grandes complementos en los equipos nacionales. Marte tuvo en aquella temporada a baluartes como el tico Ramón Zumbado, y los argentinos Gerónimo Pericullo, Juan Bautista Pérez y Raúl ‘Pibe’ Vásquez.

En el último juego del torneo de 1955 el Atlético Marte se impuso a Leones de Sonsonate con marcador de 1-0. El tanto de la victoria lo anotó Fernando “El Gato” Barrios. Este año se cumplen 65 barbas de la primera corona marciana, el tiempo pasa rápido. Por cierto, cabe señalar que Leones pasó a llamarse Sonsonate tiempo después de haber descendido a Segunda División, justo para el primer regreso a Primera. Ahí jugó Juan Pablo Bolens, un suizo quien fue el primer europeo en militar en la Liga Mayor.

“Mi papá me cuenta que “El Gato” Barrios fue uno de los mejores delanteros en la historia del país. Un señor habilidoso, corpulento, y muy difícil de parar”, cuenta Ramón Fagoaga, exdefensor de Atlético Marte y la Selecta en los años ochenta.

“En ese primer Marte campeón, jugó también un tico muy habilidoso de nombre Ramón Zumbado, un delantero jovencito muy bueno. Por cierto, hablando de Costa Rica, tengo un primo tico por parte de mamá, quien vino a jugar acá, se llama Carlos Jinesta Romero”, narró Fagoaga.

Ramón Fagoaga, exfutbolista salvadoreño en la actualidad. Foto EDH / Archivo

Los extranjeros de calidad en la Liga Mayor han sido tan distintos como pocos; desde los años cincuenta, hubo foráneos que recontra descosían el balón, y en Marte se lucieron varios.

“El argentino Pericullo vino con el Cúcuta de Colombia a jugar amistosos al país antes de que el Marte fuese campeón por primera vez. En un kiosco donde revelaban fotos en el Centro de San Salvador atendía una chica llamada Joaquina, con quien este futbolista argentino se terminó casando luego de volver al país tras fichar con el Marte. Él formó una linda familia”, relata Manuel Cañadas, exfutbolista de Atlético Marte, la Selecta, escritor y profesor.

“Según dicen, Juan Bautista fue uno de los más grandes futbolistas en venir a jugar a El Salvador. También Marte tuvo un hondureño llamado Mario Rosa Chávez. Este futbolista, cuenta un amigo quien fue al último partido de la temporada, se rompió la camisa del equipo tras el juego donde Marte logró su primer título, y abajo lució otra camiseta en donde tenía escrito campeón”, relata.

“Manuel ‘Tamalón’ Garay, arquero marciano, fue nominado por la mismísima FIFA como el mejor arquero del Siglo XX. El apodo de Garay provenía del barrio donde creció, pero el periodista ‘Miguelito’ Álvarez, quien ponía sobrenombres que gustaban a sus dueños, le decía ‘El Vitamínico’. Manuel Garay pasó a la historia por haberle atajado un penal a una leyenda del mismísimo River Plate de Argentina: Ángel Amadeo Labruna. River en el ‘Mágico’ González le ganó 8-0 a la Selecta y en el siguiente partido batió 3-1 al Atlético Marte. El equipo azul dio un gran espectáculo a pesar de la derrota”, detalló el exfutbolista.

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Firpo y su primer laurel

Luis Ángel Firpo tuvo que esperar 66 años para lograr su primer título de liga. Esa espera eterna tuvo su dulce final en 1989, tras vencer al Cojutepeque, equipo de la cabecera departamental de Cuscatlán y reconocido como un animador excelso del fútbol nacional a finales de los años ochenta y principios de los noventa.

En la fase regular, Cojutepeque fue líder tras 36 jornadas (etapa de torneos largos), Águila fue segundo, Firpo tercero y Acajutla cuarto. Todos estos clasificaron a la cuadrangular, donde también por puntos, Firpo y Cojute fueron primero y segundo respectivamente tras disputar serie a dos partidos todos contra todos.

La gran final de la Liga Mayor entre Firpo y Cojutepeque terminó 2-2 en tiempo reglamentario. En el recuento de gritos recordamos que el primero en estremecer las redes fue José María Batres para el conjunto pampero; sin embargo, la respuesta rival no tardó en llegar y un minuto después, el panameño Percival Piggot anotó el 1-1. Todo esto en apenas seis minutos.

Rubén Guevara (izq.) y Percival Piggot celebran el pase a la final 88-89 contra Firpo.

Con esa igualdad se fueron entonces al tiempo extra, donde Batres volvió a poner por delante a Firpo (2-1), pero Hugo Ventura no dejó que los manudos se consagraran en esa franja del partido e igualó el juego a dos del final. Llegaron los penales y ahí la “suerte” sonrió a los usulutecos.

Los anotadores pamperos fueron Abraham “Peñero” Vásquez, el peruano Martín Duffó, Fernando de Moura y Leonel Cárcamo. Fallaron para la causa usuluteca el compatriota de Duffó, Miguel Seminario, y “Kiko” Henríquez.

Por Cojute anotaron Hugo Ventura, Mauricio Alfaro y Rubén Guevara. No celebraron Walter Quintanilla, Percival Piggot y Walter Ventura.

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“El partido donde quedó Firpo campeón por primera vez, recuerdo que en todas las fotos de los periódicos salía el panameño Percival Piggot llorando tras haber fallado un penal. Ese que hubiese consagrado al Cojutepeque, pobrecito, estuvo abnegado en llanto ese día. Dio sentimiento verlo así”, cuenta Cañadas.

“Cojutepeque provocó un fenómeno bien interesante. Tuvieron probablemente la primera barra organizada del país a la que llamaban ‘Los Chorigans’, en relación a uno de los símbolos culinarios del municipio, el chorizo – embutido artesanal – de Cojute, y a los Hooligans de Inglaterra. Los Chorigans fueron los primeros aficionados que se pintaron la cara. Recuerdo que con El Diario de Hoy le dimos un premio a ellos como ‘El suceso deportivo del año’, algo que claramente trascendió más allá del deporte” cerró el escritor.

Uno de los artífices de la primera corona fue el volante brasileño Fernando De Moura, quien recordó con mucha alegría y nostalgia la hazaña en cuestión.

“Quedé campeón en el primer año que vine a El Salvador; Firpo nunca había salido campeón, entonces esa fue una de las cosas que más recuerdo. Di mi granito de arena junto a Toninho, aunque se fue antes de la final para Costa Rica. Él jugó con nosotros dos o tres meses”, manifestó De Moura.

El Firpo campeón de 1989.

“Miguel Seminario tenía buen posicionamiento en el área, tenía mucha experiencia en la selección de Perú, un goleador nato. Él dijo a Don Sergio Torres que no cobraría ni premio ni salario si el equipo no salía campeón, era cosa seria ese Seminario. Era del estilo de Hugo Coria, un tipo que no corría mucho pero que poseía una gran ubicación y definición, en el área era un chucho por el amor de Dios. Él siempre estaba a un metro del portero. Muy distinto a De Mello, Díaz Arce y Toninho”, contó.

“Chamagua llegó de Alianza y nos ayudó mucho, teníamos a Iván ‘Diablo’ Ruiz. Fue el último año de ‘Peñero’ Vásquez, Batres un gran defensa y clave en la final… muy lindos recuerdos. Uno no lo valora en el momento, pero luego, con los años uno, se da cuenta. Y Cojutepeque ¡por Dios! armó un equipazo con los panameños Piggot y Mendieta, ‘Tuco’, ‘Gallina’ Ventura. En esos días no se hablaba ni de Alianza ni de FAS”, subrayó De Moura.

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“En los penales contra Cojute, yo estaba con ‘Tuco’ platicando en la media cancha, él me pidió la camisa, yo no lo conocía, pero le dije que con mucho gusto. Piggot tuvo la chance para que Cojute fuera campeón, él le regaló su tiro a Chamagua, nadie lo podía creer. Teníamos el corazón en la boca. Todos sabíamos de la calidad del panameño, pero qué penal más horrible pateó. Tras la victoria, la mayoría nos fuimos a Usulután a celebrar”, concluyó.

También platicamos con José Raúl Chamagua, quien fue otro de los héroes pamperos en la obtención del primer título de la historia. El exportero, ahora con 60 años, conversó con CANCHA para recordar ese partido inolvidable.

“En el momento de los penales “Kiko” estrelló su tiro en el travesaño. Lo primero que se me vino para decirle fue que yo taparía el siguiente penal, que no había problema, que no pasaba nada. No sé si me escuchó, pero hice lo propio. Ese Firpo con don Sergio Torres fue impresionante, un señor de pocas palabras, pero tan cumplidor de sus promesas como exigente”, expresó Chamagua.

“Cienfuegos bien joven, ‘Cafetín’ Ayala, ‘La Chura’ Gámez, ‘Soldado’ Morán, ‘La Muerte’ Estrada, Toninho aunque se fue, Seminario, Duffó, De Moura… tuvimos un equipón impresionante”, agregó.

“En el momento de los penales, recordé cómo pateaban algunos por los cortos que pasaba el Canal 4. No quisiera ser yo quien te lo dijera, pero una de mis virtudes era la de los penales. Practicamos siempre tras los entrenos muchos penales con De Moura, antes con Alonso y Reyes en Alianza. Me quedaba pateando y atajando. Eso me ayudó mucho”, continuó.

“Para la celebración nos quedamos en la casa club en Santa Tecla los peruanos y yo. Decidimos no ir a la celebración en Usulután, a la caminata que empezaron a hacer tradición después. Imaginate, yo vivía en Sonsonate y me puse a pensar cómo iba a trasladarme al siguiente día. A algunos les molestó eso, pero no pasó a más. Luego vi en los periódicos y la televisión los festejos, fue único e inigualable”, sostuvo.

“Yo nunca tuve cábalas para los penales, pero me sentí muy tranquilo gracias a la intercesión de mi esposa y de mi madre, quienes me ayudaron con sus oraciones. Recuerdo que por más que me gritaran en el estadio, yo solo puse atención a los penales, ni sabía lo que me gritaban. Nunca me sentí nervioso”, narró.

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Años más tarde, Chamagua, que estuvo con “Kiko” Henríquez cuando este dirigía en Santa Tecla, no se olvida que la gente de Firpo les recordó con mucho cariño los juegos que disputaron ambos equipos. Agradece que les respetaran y mimaran con toda clase de elogios y muestras de cariño en esas ocasiones. Él también los admiró por su comportamiento y por su amabilidad.

Roberto Gamarra llegaría al relevo de Edgar Henríquez en el banquillo de Firpo. Foto EDH: archivo.
Kiko Henríquez, en su etapa como entrenador con Firpo.

El exportero ahora se dedica a ser misionero católico a tiempo completo dentro y fuera del país sin cobrar un centavo. Por ahora está varado en los Estados Unidos, donde lleva ya casi dos meses por la cancelación de los vuelos aéreos comerciales debido a la pandemia. Raúl Chamagua ya quiere regresar con su esposa a su casa. Él hace la atenta invitación para que le sintonicen en Facebook en la página “José Raúl Chamagua”, cuenta que tiene un programa llamado: “Un cafecito con Jesús”, de lunes a sábado, a las 5:00 p.m.

Por último, tras recordar su gesta con el equipo pampero, lanzó una picante frase: “El Firpo de ahora no tiene nada que ver con el conjunto con el que salí campeón. Este Firpo de ahora es como esa gente que quiere comer Lomo de Aguja (un corte de alta calidad procedente de la res) por dos dólares. En aquellos días, calculo que don Sergio invirtió 55 mil dólares mensuales solo en el salario de los jugadores ¡en aquel tiempo! Imagínate cuánto podría ser el equivalente ahora, mucho más por supuesto. Ahora se dedican a emplear a compatriotas con poca paga y los extranjeros que traen no son de la calidad que tuvimos en los mejores años ¡Y con poco quieren ser protagonistas! Así no se puede mi hermano. Hay que invertir con ganas para volver a los días de ese increíble Firpo”, sentenció.

Raúl Chamagua atrapa un balón que esperaba Salvador Coreas.

Así pues, este es el primer capítulo de aquellos grandes equipos de Marte y Firpo que le dieron su primer título a sus respectivas aficiones.

Tiempo después, Marte se convertiría en un histórico. Con la continuidad de ese equipo de 1955, luego volvería a ser campeón en la campaña 1955-56, y en la 1956-57. Después, viviría una etapa de estancamiento hasta que volvió a dominar el fútbol nacional a finales de los años 60. Ganó su cuarta corona en 1969 y sumó la manita en 1970.

Después, tuvo que esperar una década para volver a figurar, y lo hizo a lo grande al sumar tres estrellas más a su firmamento, en las campañas 1980-81, 1982 y 1985, la última vez que ganó un título con otro equipazo para quedarse con ocho cetros en su haber.

Por su parte, Firpo pasó a dominar el fútbol nacional tras aquel campeonato, y, tras caer en la final del siguiente torneo, hiló tres coronas consecutivas con las campañas 1990-91, 1991-92 y 1992-93. Luego, esperó unos años para conseguir su quinta estrella, que llegó en 1997-98.

Ya con el cambio de formato, Firpo obtuvo sus otras cinco coronas en los torneos Clausura 1999, Clausura 2000, Apertura 2007, Clausura 2008 y desde el Clausura 2013 no vuelve a celebrar el máximo honor del fútbol local.