Fue una gran final. Vibrante, intensa, emocionante, jugada al límite o, como diría Simeone, “con el cuchillo entre los dientes”. Se la terminó llevando Alianza, el candidato natural, por la calidad de su plantel, por la jerarquía de sus jugadores.
En especial, dos de ellos, Marvin Monterroza y Duvier Riascos. Entre ellos se inventaron una extraordinaria jugada de centro/gol y pusieron el segundo grito en el cielo albo cuando más desconcertado estaba el campeón. Platense, que había empatado en base a un corazón enorme, parecía un vendaval de furia para llevar al Alianza contra su área, hasta que apareció la jugada y el segundo cabezazo a la red de Riascos que definió el pleito final.
Los jugadores del campeón Alianza festejaron en la Conga Bus hacia la Plaza Salvador del Mundo
Alianza fue, por lejos, el mejor equipo del campeonato. Revalidó sus credenciales de ser el plantel más largo y competitivo que tiene la liga durante la fase regular y el camino a la final. Claro, todo ese trayecto casi sin sobresaltos debe confirmarlo en el juego decisivo porque una derrota equivale a fracaso en el juego de inversión/resultado.
Enfrente, un dignísimo Platense, por el que nadie daba dos centavos, le puso brava una final que entusiasmó a las aficiones y también a los hinchas neutrales.
Los albos llegaron a los 16 títulos y se coronaron por quinta vez en los últimos ocho torneos. El proyecto más ambicioso y costoso del fútbol salvadoreño tiene todo para dar un paso más allá en Concacaf, su deuda pendiente en la última década más allá de su abrumador dominio nacional.
Los aplausos también se los lleva su rival, un Platense al que le costó muchísimo ascender por la vía deportiva (mientras le negaban esa posibilidad en la Fesfut, se vendían categorías), el que sorprendió a todos llegando al partido decisivo y el que dio batalla hasta el final al Alianza, el merecido campeón del Apertura 2021.