La novela Messi-Barcelona tenía una historia paralela, con las cosas que estaban pasando en la interna y de las que seguro, el argentino estaba al tanto y a las que se tendrá que acomodar, tras su decisión de cumplir el año de contrato que le quedaba con los cantalanes.
En el camerino estará el primer cambio que sentirá el jugador, con la llegada del técnico holandés Ronald Koeman y su nuevo cuerpo técnico, quienes han llegado al Barcelona con voluntad de cambio, y está plasmando sus ideas en la forma de entrenar. Entre ellos verá caras conocidas como el sueco Henrik Larsson, con quien compartió como compañero de equipo.
Las otras novedades con las que Messi se topará en el vestuario son los refuerzos que ha llevado el club: Pedri González (Las Palmas), Francisco Trincao (se fichó en invierno procedente del Braga, llega en verano), Matheus Fernandes (se fichó en invierno del Palmeiras, se fue cedido al Valladolid), Matheus Pereira (Juventus, cedido al Barça B con opción de compra obligatoria), Miralem Pjanic (Juventus), Ansu Fati (sube del Barcelona B) y Riquie Puig (sube del Barcelona B).
No verá otros rostros, como el del entrenador Quique Setién, pero que seguro no extrañará. Tampoco se podrá reencontrar con el croata Iván Rakitic, quien jugará en el Sevilla; y Arthur Melo, que ya está con la Juventus de Italia.
Con muchas posibilidades de tampoco ver a su compañero de fórmula y compadre, el uruguayo Luis Suárez, de quien se dice hay un preacuerdo para jugar en la Juventus de Italia. El chileno Arturo Vidal también será otras de las bajas con las que se topará el argentio, ante la salida de este jugador al Inter de Italia.
En los aficionados habrá también un cambio, pues con todo lo que se dijo en este periodo, su imagen quedó tocada. Habrá muchisimos que agradecerán su decisión, pero también está un sector que le reprocha haber causado tanta intriga, en el equipo con el que logró muchas cosas.
Ambiente interno
En Barcelona pueden respirar tranquilos después de que Leo anunciara que seguirá una temporada más en el club, pero ¿por cuánto tiempo? El vículo entre ambos finalizará el 30 de junio de 2021, y Messi, si sigue en su idea de que lo mejor para él y para el club es separar sus caminos, como explicó en la entrevista a “Goal.com”, podrá negociar con otros clubes a partir de enero para irse libre en verano, es decir, seis meses que le autoriza la FIFA a cuelquier jugador con contrato para empezar a oír ofertas de otros clubes.
Entonces el Barça no podrá ya cómo aferrarse a la cláusula de rescisión de 700 millones de euros ni negociar traspaso alguno y, desde el punto de vista contractual, Messi tendrá toda la libertad del mundo para informar de su marcha al nuevo club cuando le parezca más conveniente, sin necesidad de esperar al 10 de junio para hacerlo.
Situación que volverá a generar estres a la interna del Barcelona, que para ese entonces podría tener nuevas autoridades unas elecciones a la presidencia del club convocadas para el primer fin de semana con partido en el Camp Nou después del 15 de marzo y con una moción de censura en marcha, les tocará a los precandidatos -o a los que resulten electos- convencer a Messi de que sus proyectos serán tan ilusionantes como para que el argentino vuelva a desear acabar su carrera de azulgrana.
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