Jaime ‘Potro’ Portillo, delantero de Selecta 1970: “Tuvimos buenos maestros en los estudios y en la cancha”

El delantero extremo Jaime Portillo fue uno de los futbolistas más jóvenes en acudir al mundial de México 70. Si lo hubiésemos entrevistado hace un par de años, coincidíamos con su cumpleaños setenta. Un atacante rápido, tenaz, con un fuelle tremendo y una habilidad bárbara; Portillo es recordado por descoserla por más de 12 años en Alianza, el equipo de sus amores. El “Potro” terminó su carrera en Platense y colgó los botines en 1978.

De la viva voz de él hoy recordamos otros detalles quizás desconocidos del entorno de la Selección Nacional de 1970 en su aventura mundialista. Prorrumpe el “Potro” disparado y deja la parrilla de salida, hay algo que nos quiere contar y va al encuentro.

 

En un tiempo donde pesaba mucho la experiencia, usted fue a un mundial con 22 años, por lejos de los más jóvenes en aquella Selecta ¿cómo lo tomó?

Soy de los muchachos afortunados de esa época, habíamos hecho méritos para estar. Había estado en una preselección juvenil de la Selecta en el 66, pero no pude incorporarme por estar haciendo el internado en el Colegio Santa Cecilia. ¿Sabe? A los directores italianos les encantaba el fútbol, pero no me dejaron ir; priorizaron mi preparación académica y yo respeté esa decisión. Pero como dicen ‘a todo santo le llega su día’. Luego me fui introduciendo a las selecciones con el paso del tiempo.

¿Cómo le pusieron ‘Potro’?

Cuando tenía como unos 2 años de estar jugando en la Liga Mayor, en 1968 el finado ‘Chamaco’ Alfaro de la KL me bautizó porque dijo que corría demasiado. En esa dichosa época, cuando uno tiene 18 años, uno quiere devorarse la cancha. Teníamos una condición física envidiable por tener buenos hábitos, no nos desvelábamos ni teníamos vicios. Siempre será lo mejor estar en una casa club y tener buena alimentación, eso ayudará a perfeccionar tu entorno futbolístico.

Muchos hablan de Honduras, pero vencer a Haití fue titánico

Tras ganarle a Haití nos invadió un sentimiento difícil de explicar, una emoción muy grande, tanto para uno como futbolista como para la afición salvadoreña. Creo que los centroamericanos también disfrutaron y nos apoyaron tras nuestra clasificación. Recuerdo que no había mucha tecnología, los fotoperiodistas de ese momento eran bien abuzados, se metían a la cancha y buscaban la mejor foto o acción, ahora los sacan de la orilla y no vuelven (Risas). Creo que en aquel tiempo premiaban las mejores fotos.

Casi nadie habla sobre la adaptación a tierras mexicanas, había diferencias en cuanto a la altura…

En los primeros 15 días, sangrábamos por la nariz debido a la altura, pero luego nos acostumbramos a ello. Menos mal se investigó y se tuvo conciencia desde el inicio sobre esa y otras situaciones. Por eso, y otras cosas, nos fuimos con anticipación a México para estar a tono. Si usted se fija, no tuvimos problemas de cansancio y nos manejamos muy bien en el apartado físico. No es una cuestión fácil, pero nos preparamos bien para darlo todo.

¿Cómo se sintió escuchar el Himno Nacional en el debut de México 1970?

En la banca, esperando; fue emocionante haber escuchado el Himno Nacional, es algo que no se puede narrar. Lloré, pero de la emoción, se me hizo chiquito el corazón. Jugar el mundial es una experiencia inolvidable, la calidad de gente que había en esa época, desde la organización hasta quienes jugaban.

Poquitos salvadoreños hubo allá para apoyar pese a que no era muy lejos el mundial

Casi en todas las sedes habían repartido las aficiones, a los salvadoreños les tocó en el DF. Los pasajes y hoteles, relativamente baratos, no estaban al alcance; y otros no tenían la costumbre de ir a otro país, como sí lo hacían aficiones más antiguas como los sudamericanos o los europeos. Los salvadoreños no eran correcaminos como lo son en su país siguiendo a sus equipos.

Varios de sus compañeros mundialistas dicen que los mexicanos, pese a la polémica, se portaron bien y no buscaron provocarles nunca

Los mexicanos fueron siempre caballeros con nosotros en ese entonces, fuera de la cancha ellos demostraron también amabilidad. De esos valores que hoy ya nadie tiene. Se sentía esa deportividad, no como ahora que no te saludan o te ignoran en el mejor de los casos. El error arbitral nos hizo vulnerables contra México como por 20 minutos, mientras volvíamos en sí, buscamos no perder la compostura a pesar del marcador adverso. Debo unirme a las otras voces de mis compañeros para insistir en que fuimos bien recibidos, de eso no tengo duda. Una organización excelente fuera y dentro de la cancha.

El mejor juego de la Selecta fue:

Siempre tratamos de dar lo máximo; opino que el juego contra la URSS fue uno de los mejores que disputó El Salvador, les llegamos al arco varias veces. Tuvimos, creo, el mejor rendimiento contra los soviéticos que contra los otros rivales, más allá del balance que se puede hacer acerca de los marcadores en contra.

¿Mantuvo comunicación hacia El Salvador durante su estadía en México para el mundial?

No hablamos con ningún directivo a la distancia, pero sí con amigos y familiares. Eran bien caras las llamadas, recuerdo que el mayor medio de comunicación era con las tarjetas por correo. O sino mandábamos un telegrama, bueno, yo mandé varios (Risas). Mandé postales también a los abuelos en ese momento, y ellos estaban bien emocionados, después me contaban que se las enseñaban a toda la vecindad. La comunicación siempre estuvo, teníamos la autorización dentro del motel para poder comunicarnos en la distancia.

¿Qué conclusiones saca de la Copa del Mundo México 1970?

Fue una sensación de triunfo el hecho de haber participado, no nos sentimos con las patas hinchadas, y quienes creían que nos iban a meter 10 se quedaron con las ganas. Tuvimos los pies bien aplomados y un rendimiento, a mi parecer, excelente para el nivel que se manejaba en Centroamérica. Ha sido una de las mejores selecciones de El Salvador. Hoy, con las crisis futbolísticas y sociales, difícilmente volveremos a tener otra así.

Cuénteme la anécdota de la sopa

A pesar de que tenían el menú listo en el motel, llega uno de los capitanes de meseros y me preguntó cómo quería mi sopa, si caliente o tibia “¿cuándo has visto que se toma tibia? traémela caliente”, le dije. Pero yo no sabía que caliente era con chile (ají), luego tras mi reclamo me aclaró el modismo. Después me cambiaron la sopa porque yo era un dragón escupiendo fuego, la primera cucharada de esa sopa de tortilla no lo olvidaré.

¿Alguna vez salieron a distraerse o solo pasaban en el motel concentrados y entrenando?

Una vez nos llevaron a un Night Club para ver a Marco Antonio Muñiz, un personaje artístico excelente con una gran voz. Ya en ese entonces no cantaba más con el trío Los Tres Aces. Un Night Club con buena comida, era otro concepto, no como los de ahora que usted se podrá imaginar (risas). Una velada excelente y él nos dedicó a toda la Selección canciones. Un bonito recuerdo.

¿Se escapó alguna vez alguien de la concentración de la Selecta en México 70?

No, nadie se escapó ni cometió un acto de indisciplina. Ahora es distinto, qué apelativos no nos ponen por el mal proceder de algunos futbolistas salvadoreños y hasta centroamericanos, algo que deja mucho qué desear, y arruina el concepto que alguien pueda tener de nosotros sólo por unos pocos.

Hay rumores de que ustedes fueron una gran escuela para la generación del 82

Ya cuando me estaba retirando, tuve la oportunidad de aconsejar a nuevos talentos, algunos fueron al mundial de España, otros no. Pero no fueron consejos por ya haber clasificado y emular nuestra gesta, platicábamos con ellos mucho antes. Les hacíamos ver que el buen rendimiento depende de la disciplina, de darlo todo, de ser caballerosos en la cancha, de no guardar resentimientos, de felicitar al rival, que muchas veces es mejor que uno. También traté de decirles que nadie debe menospreciar a un futbolista por sus orígenes, por ser de barriada o de lugares sencillos o apartados; los mejores casi siempre surgieron de ahí. Ha sido rara la gente que ha brillado de escuelas. Hago memoria de haber dado unos consejos en los entrenamientos de Selección a Jaime Rodríguez y a Abilio Martínez, no recuerdo más porque se me van los nombres. Alguien bien aconsejado y que entendido hará de su vida lo mejor, siempre y cuando sepa cómo convivir. En nuestro fútbol, quieren cobrar como profesionales pero no lo son. A veces me da cólera verlos jugar, porque son tan faltos de técnica, de entereza y de caballerosidad. Muchos de quienes aconsejé han sido buen ejemplo para sus familias y sus amigos.

¿Tras retirarse, hubo alguien quien se pareciera en su forma de jugar?

Siempre jugué arriba o adelante en el medio. Creo que el jugador que más se pareció a mí fue el ‘Patillo’ Valencia, o también ‘Lito’ Robles, quien falleciera en Los Ángeles en la miseria, Dios lo tenga en su gloria. También tenían algunos rasgos míos el ‘Pajarito’ Huezo, y el ‘Conejo’ Valdés.

Un mensaje de agradecimiento para quienes le rodearon

Tuvimos buenos maestros en nuestros estudios y en la cancha. Años más tarde logré ser Ingeniero Industrial para poder vivir luego del fútbol. Agradezco de todo corazón a quienes nos aguantaron por años, y tantos ya que están en el Cielo.