Hugo Pérez fue el Maradona salvadoreño para el diario francés L’Equipe

El DT de la Selecta Sub 23 contó a CANCHA su aventura en Francia. Por glamour y nivel Pérez no tiene nada qué envidiarle a otros salvadoreños en el exterior

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Foto gentileza de Red Star Paris FC

Por Robbie Ruud

2021-02-05 5:30:20

La prensa francesa lo llegó a comparar con un ídolo futbolero argentino quien recién falleció hace unas semanas, aunque Hugo Pérez medía seis centímetros más que el tal “Pelusa”. El equipo galo en el que jugó es considerado por muchos en París como un colorido y entrañable club que representa a los barrios más modestos de dicha localidad; tiene una hinchada que no afea la cara a nada.

La aventura de juntar información para acompañar la entrevista fue una demorada odisea, tomó años. Segunda División, Francia, finales de los años ochenta, los registros en internet sobre Hugo en París antes de esta publicación eran tantos como los trofeos que presume la Selecta. La investigación documental fue muy frustrante al principio, hacía falta buena data que sostuviera una charla con el sensacional zurdo.

Pero una vez facilitada la información gracias a bondadosos corazones franceses en medio de la pandemia, la autopista estaba terminada para subirnos al auto imaginario y recorrer con Hugo aquella tan particular experiencia.

Una etapa de su carrera donde confirmó que él tenía mucho más fútbol de lo que merecía en una desintegrada y marchita liga estadounidense de aquellos días. A Pérez se le abrió entonces una puerta triunfante en París, jurisdicción que por aquellos días aún no dominaba el balompié galo.

Postales inéditas y varias anécdotas de Hugo que hoy saltan a escena. Se abre el telón, con ustedes, Hugo Ernesto Pérez:

Foto gentileza de Red Star Paris FC
Foto gentileza de Red Star Paris FC

 

 

¿Cómo se dio el fichaje por el Red Star Paris?

En 1989 jugué un torneo con la selección nacional de los Estados Unidos, nos tocó enfrentar a rivales como la Roma y la Sampdoria. Tuve a un agente amigo mío, un francés de nombre Eric Mitre; él fue quien llevó al presidente del Red Star Paris para verme en ese torneo. Después de ese certamen amistoso me contrataron los franceses.

¿Cómo valoró jugar contra las escuadras Sampdoria y Roma de aquella época?

Fue algo muy importante para la selección de EE.UU. Estábamos en la última fase para clasificar al mundial del 90 tipo noviembre o diciembre, yo ya quería dejar Estados Unidos para jugar en Europa y tratar de triunfar; eso me ayudaría a lo que se venía, el mundial en Italia 1990. En esa época el fútbol italiano era el mejor del mundo. Sabía que si tenía un buen papel en esa gira tenía grandes probabilidades de emigrar a Europa y así fue.

¿El equipo que dejó para irse al Red Star Paris fue el L.A. Heat, cierto?

Sí, estaba con ellos, pero también estaba con San Diego Sockers. El Heat solo jugaba como cuatro o cinco meses, la liga estadounidense se había desecho; yo había jugado también cinco años fútbol sala y quedé campeón cinco veces. Jugué esa modalidad desde el 1984 hasta el 1989. Mi sueño fue siempre jugar en Europa, pero en los años ochenta era muy difícil porque solo permitían dos extranjeros por equipo. Muchos países te pedían como requisito haber disputado un mundial o tener más de 30 partidos internacionales a un muy alto nivel, eso era muy difícil de cumplir. Estados Unidos tenía como 40 años de no clasificar a un mundial hasta que lo hizo en el 90. Gracias a Dios todo se dio. Esa gira de la que hablábamos fue muy positiva para mi carrera.

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Una publicación de Le Parisien se refirió a usted como el capitán de la selección de EE.UU

Sí, mira, yo no era uno de los más veteranos; para el mundial del 90 iba a cumplir 26 años. Había estado ya en unos Juegos Olímpicos y en un mundial Sub 20. Pero creo mi capitanía se debía quizás a que la mayoría de esos jugadores en la Selección de EE.UU del 90 pertenecían a universidades del país. En la temporada 1989/1990 solo habíamos futbolistas (en la selección) quienes estábamos jugando afuera, uno estaba en Hungría (Peter Vermes quien jugaba en el Gyori Eto) y yo quien estaba en Francia. Era de las personas que tenía más experiencia en el fútbol de élite en la selección.

Hay una publicación de L’Equipe que lo compara con Maradona

Vi que en algunas publicaciones decían que mi estilo de juego también se parecía al de él, el corte de cabello igual… Francia en ese entonces era un país que estaba cerca de la cima del fútbol en todo el mundo. A los franceses les gustaban mucho los futbolistas técnicos, por eso es que yo pude entrar con ellos. Algo chistoso que recuerdo es con respecto a la Guerra Fría. Red Star Paris había contratado a un soviético y luego me contrató a mí, a quien identificaban como un estadounidense, un americano, eso lo utilizaron como algo de propaganda para hacernos notar en Francia. Resonamos mucho en la prensa.

Foto gentileza de Red Star Paris FC
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Juntarlos a usted y al soviético Bubnov significaba que las tensiones de la Guerra Fría podían terminar a través del deporte, predicaba la prensa

Fue algo meramente de propaganda, yo soy de los que pienso que la política no debe mezclarse con el fútbol, pero eso no pasa. El día en el que yo llegué a Francia ahí estaba también Bubnov y nos tomamos fotografías… muy buena persona él, de buena familia, éramos los únicos dos extranjeros en el Red Star Paris en ese momento.

¿Cómo le fue con el idioma francés?

Me tocó aprender un poquito porque la mayoría no hablaba inglés, Bubnov hablaba un poco de inglés, pero el resto no. Llegué y me costó eh, es un idioma muy bonito, pero un poco difícil de hablarlo corrrectamente. A veces cuando yo hablaba con ellos te cuestionaban (las deficiencias de pronunciación) porque bueno, así son, y si no decías las palabras con el acento adecuado se preguntaban ¿que estará diciendo esta persona? El idioma fue difícil, muy.

Imagino que el cambio de domicilio le gustó mucho a su esposa e hijos

Siempre que viajé por todo el mundo llevé a mi familia. Mis hijos estaban pequeños, entraron ellos a la escuela francesa a aprender un poco. Mi señora tuvo que ajustarse. Lo positivo, lo bueno, es que estábamos en París, vivimos un tiempo a 20 minutos en las afueras de la capital en Ville Ay. La mayoría de tiempo pasaba en París, íbamos con mi familia a la Torre Eifel, la Puerta del Triunfo o a comprar a Champs-Élysées. Tiempo después fuimos a conocer los castillos, los museos de pintura… algo muy positivo para mi familia.

¿Vivió cerca de la sede del club?

Sí, a 25 minutos, en Ville de Montmorency, un lugar pequeño afuera de París y muy cómodo.

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Más allá de aquella propaganda ¿hablaron con Bubnov alguna vez de política?

Estando en Francia pude viajar hacia países donde gobernaba el comunismo, la verdad es que me topaba con gente trabajadora, muy simple y muy buena. Con Bubnov nunca hablamos de política porque él era una persona muy educada, al igual que su esposa. De hecho él me ayudó bastante a mí para adaptarme en Francia, él tenía más tiempo allí que yo y en esa época era uno de los mejores jugadores de la Unión Soviética. Siempre nos llevamos muy bien, nos respetamos, nunca tuvimos ningún problema de índole política ni nada parecido. Era muy buena persona él.

¿Qué tal fue la química con Bubnov en la cancha?

Él era defensa central, muy alto, fuerte y técnico. Muy inteligente para jugar, nunca tuvimos problemas. Para mí él era uno de los mejores defensas que habían en Francia.

L’Equipe decía que a usted lo llevaron para ser un orquestador del Red Star

Yo jugaba de diez, medio ofensivo, por eso me contrataron a mí. Esa fue la principal opción por la que me llevaron, el creativo y ese siempre fue mi estilo de juego.

¿Cómo le fue en la misión?

Gracias a Dios bien. Pero tuve muchos problemas de lesión, varias veces; eso me quitó la proyección que llevaba. Obviamente nosotros queríamos subir a la Ligue 1. Una vez recuerdo que jugamos contra el Strasbourg en París, anoté un gol y ganamos 2-1 pero en el tanto que anoté me lesioné y estuve afuera como dos o tres meses. Fue una lesión seria. En ese momento estábamos en segundo o tercer lugar, no lo recuerdo bien, pero por ahí andábamos, eso lastimosamente afectó al equipo conmigo lesionado. En general fue una experiencia extraordinaria para mí. Teníamos en el Red Star varios jugadores quienes habían jugado en la primera división francesa, un buen equipo, lo que pasa es que las lesiones nos afectaron mucho.

Foto gentileza de Red Star Paris FC

¿Cuál fue la zona más castigada?

Tuve lesiones en la ingle y me fracturé el peroné en un partido de marzo o abril en aquel 90; jugábamos afuera, no recuerdo a dónde y ahí es donde me lesioné el peroné; me recuperé como en seis semanas. También en un tiro libre me lesioné el abductor. Pasa que en esa época estaba muy frío en Francia y a mí me afectó eso, porque yo había jugado en un clima cálido en EE.UU. pero en Francia de octubre a noviembre es muy duro el clima, muy frío. Tenés que acostumbrarte. De hecho las dos lesiones más difíciles que tuve fueron por el clima, en el abductor y en el peroné. Cuando me lesioné el peroné la cancha estaba congelada, se me trabó el taco porque había mucho hielo, hice todo mi cuerpo a un lado y por eso no pude después sacar el pie. Eso del frío es duro.

El clima siempre fue más duro que el juego

No tuve ningún problema en adaptarme al fútbol francés, creo que sigue siendo uno de los mejores del mundo en cuanto a creatividad y técnica. Por eso escogí ir también a Francia, un fútbol que me convenía, recuerdo que en esa época jugaba en Primera División el “Pibe” Valderrama, en Montpellier. Si te das cuenta había mucho jugador sudamericano que por el estilo de juego estaba en Francia, es que era muy técnico.

¿Cuál es el mejor recuerdo que guarda del Red Star?

Varios. En Francia cuando terminas de jugar la prensa te da un rating y yo te puedo decir que la mayoría de juegos que disputé en Red Star obtuve una calificación de 7 hacia arriba (en la escala del 1 al 10). Eso te dice mucho del por qué la gente sabe mucho allá. Eso fue para mí lo más importante y más aún tomando en cuenta que en ese entonces Estados Unidos no era un país que exportaba muchos jugadores, fue la consistencia de siempre jugar bien. Porque allá no hay tintes medios, si sos bueno sos bueno y sos malo, malo.

Bonus de apuntes:

-En 1989, año en el que Hugo Pérez debutó en el Red Star Paris, también tuvo el trabajo de golear a la Selecta. Estados Unidos ganó 0-1 con un gol de Pérez en Tegucigalpa, Honduras. El Estadio Cuscatlán estaba suspendido y no pudo acoger el encuentro calificatorio a Italia 1990.

-El Red Star Paris -según reza la leyenda- fue concebido como un club de valores humanistas y cristianos, abierto a las familias pobres de París; a la contra de la filosofía anticlerical y materialista que proponía el extinto Gros-Caillou sportif, el otro equipo del distrito 7 de la capital y rival acérrimo en su momento del Red Star.

-Bubnov, excompañero de Hugo Pérez, fue seleccionado soviético para México 1986.

-En 1989 Hugo Pérez enfrentó a la Sampdoria y a la Roma con EE.UU. en gira amistosa. En la Doria, que unas semanas antes había sido campeona de la Recopa de Europa, lucía nombres como Giaunluca Pagliuca, Sre??ko Katanec, Amedeo Carboni, Pietro Vierchowod, Attilio Lombardo, Toninho Cerezo, Víctor Muñoz, Gianluca Vialli, Enrico Chiesa y Roberto Mancini. En la Loba sobresalían Franco Tancredi, Lionello Manfredonia, Thomas Berthold, Antonio Comi, Giuseppe Giannini, Manuel Gerolin, Roberto Muzzi, Bruno Conti, Paolo Baldieri y Rudi Völler.

-Según LA Times En la gira la Sampdoria ganó 1-0 a Estados Unidos, mientras que la Roma perdió por 4-3 contra el conjunto de las barras y las estrellas.

-Oh sorpresa, Estados Unidos en 1989 también jugó contra la Juventus de Turín. La “Vecchia Signora” venció por 2-0 sin despeinarse mucho según LA Times. En el equipo bianconero figuraban Stefano Tacconi, Dario Bonetti, Nicolò Napoli, Roberto Tricella, Pasquale Bruno, Sergei Aleinikov, Oleksandr Zavarov, Angelo Alessio, Luigi de Agostini, Rui Barros, Pierluigi Casiraghi y Salvatore Schillaci.

Atenti: Espere este sábado la entrega final de este capítulo particular en la historia del exfutbolista salvadoreño Hugo Ernesto Pérez.

Foto gentileza de Red Star Paris FC

Mis eternos agradecimientos a Thomas Allain, un gran amigo/periodista francés y al genial Paul Ducassou, colaborador del Red Star Paris FC. La generosidad de ambos hizo posible ahora conocer esta historia sobre el actual seleccionador Sub-23 de El Salvador. Sin su insustituible ayuda esto no se hubiese visto la luz al detalle jamás.