El Mestalla repleto y la cancha anegada. Así se jugó la llamada Final del agua
entre el Espanyol y el Real Madrid, con resultado de 2 goles a 1 a favor del
equipo catalán.
Mediosimpresos de Madrid y Barcelona, como ABC, El mundo deportivo o El imparcial, destacarían en sus crónicas del partido las virtudes mostradas por entre el agua y el lodo por el guardameta blanquiazul. En el minuto 55, el perico Tena II abrió el marcador a favor del Espanyol, al cruzar con un balonazo los tres palos defendidos por Cabo. Después, el mal estado del campo provocarían constantes roces entre los contendientes, por lo que pronto quedarían expulsados el goleador
inicial y su compañero Broto -retirado de la cancha por elementos policiales, dada su agresividad-, así como el merengue Rubio. Veintisiete minutos después, una carrera súbita y un doble remate de Bosch rompieron de nuevo la red blanca. Parecía que ya todo estaba definido. Para entonces, la meta perica estaba casi
blindada, porque el salvadoreño Saprissa había dejado de lado a González y se había concentrado en hacer mancuerna con Solé para la defensa frente a los incesantes ataques del cuadro blanco.
Para ese momento, la estrategia blanquiazul se centraba en perder tiempo, lanzar pelotas fuera de la cancha y quemar los últimos minutos de partido, ya sólo a la espera del pitazo final. Sin embargo, en unos segundos, en la banda izquierda se desató una carrera enloquecida hacia la meta perica, conducida por López y Urquizu, quienes se enfrascaron con los defensas, al lado de los cuales se puso el guardameta Zamora, quien no pudo evitar el disparo de Lazcano que penetró en su red para marcar el primer gol merengue. Con la tensión en el ambiente, el Español decidió jugarse el todo por el todo en la zona más dañada por la lluvia y con el lodo hasta los tobillos, lo que provocó nuevos roces en aquellos cuerpos marcados por el enorme desgaste físico y que condujeron a las expulsiones inmediatas
de González y Triana. Cuando el árbitro hizo sonar su gorgorito, el marcador seguía sin moverse más en aquella Final del Agua como pasaría a ser recordada en la historia del fútbol español.
Con ese partido caótico como inolvidable fue como el R. C. D. Espanyol se alzó con su primera Copa del Rey, que el capitán Zamora recibió de manos del presidente de la Federación. Española de Fútbol, Pedro Díez de Rivera, marqués de Someruelos. Por las condiciones climáticas imperantes, el equipo catalán no pudo regresar a Barcelona en tren sino hasta el martes 5. Una multitud los esperaba en la estación de carrer de Aragó para conducirlos en hombros hasta la sede del Ajuntament en la plaza de Sant Jaume, donde los gritos de los aficionados obligaron a todo el equipo a salir varias veces al balcón principal del edificio para recibir las aclamaciones del respetable. A su lado, Genaro de la Riva, presidente del Espanyol, lloraba al ver a su equipo querido alcanzar, por primera vez, el máximo galardón existente
entonces en el balompié español. El salvadoreño Ricardo Saprissa Aymá continuó en la plantilla del Espanyol hasta 1932. Se convirtió en capitán del equipo perico tras la contratación de Zamora por el Real Madrid. Por sus méritos deportivos, las federaciones de tenis, fútbol, béisbol y hockey sobre hierba le rindieron dos días de homenaje conjunto, que el 8 de febrero de 1931 incluyeron un partido contra el Real Madrid y una elegante fiesta en el Hotel Oriente de Barcelona.
Después, Saprissa Aymá decidió volver a Centroamérica para desarrollar sus negocios. Se asentó en Costa Rica, donde se nacionalizó y se convirtió en una leyenda, cuyo apellido ostentan un importantísimo club de fútbol y su estadio. En la localidad tica de Alajuela entregó cuentas a la vida, el 16 de agosto de 1990. En su tierra natal, nada recuerda su vida ni su obra, su legado deportivo y sus glorias múltiples. Es una deuda pendiente que El Salvador mantiene con uno de sus hijos más internacionales, una verdadera expresión del deporte como forma de vida y de pasión por la salud, la concordia y la paz, los fundamentos mismos del olimpismo, de los que también fuera promotor el santaneco Pedro Jaime de Matheu, amigo estrecho del barón Pierre de Coubertin.
Lecturas recomendadas:
-BRAVO E ICARZA, José. Historial deportivo del R. C. D. Español, 1900 a 1953
(Barcelona, R. C. D. Español, 1953).
-MOLERO ROMERO, Iván e IGLESIAS MARTÍNEZ SORIA, Enrique. Gloria a los héroes.
98 historias del Espanyol (Barcelona, Ara Llibres, 2015).
– PASTOR PACHECO, José Antonio. Historia del Deportivo Saprissa (San José, Costa Rica,
Fotorama de Centroamérica, 1988).
-PASTOR PACHECO, José Antonio. Ricardo Saprissa, su vida y legado (San José, Costa
Rica, Jadine, 2010).