La rivalidad entre México y El Salvador se alimenta a lo largo de los tiempos de episodios como el que ambas selecciones vivieron el 7 de junio de 1970, cuando un gol en una jugada confusa desató una acalorada protesta de los jugadores cuscatlecos al árbitro Aly Hussein Kandil en plena Copa del Mundo, que tampoco evitó un catástrofico 4-0 del “Tri” para despedir a la Selecta demasiado pronto en este torneo.
Un tiro de falta mal señalado, en el tiempo añadido del primer tiempo, tomó desprevenida a la Azul cuando sus jugadores ya miraban al túnel de vestuarios y le hizo encajar un gol que minaría su confianza para el resto del partido. Los referentes de aquel equipo y hasta el técnico Hernán Carrasco todavía recuerdan aquellos momentos con viva indignación.
Este episodio metió de cabeza a Kandil en la historia negra del fútbol salvadoreño, junto a algunos contemporáneos como Jair Marrufo, quienes con su error han avivado por años la teoría conspirativa de una predisposición arbitral contra la Selecta cada vez que esta juega contra equipos superiores. Es uno más en la larga lista de escándalos en la historia de los Mundiales.
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Necesidad
Aunque para ser justos, Kandil tampoco tuvo que ver demasiado con la contundencia de los mexicanos, que habían abarrotado una vez más su coloso Azteca para dictar sentencia a un El Salvador que llegaba urgido a esa cita luego de su primer revés ante Bélgica (0-3).
La Selecta se sabía obligada a reaccionar y desde el principio del partido mostró un cambio de mentalidad y la convicción de que había que sacar a relucir toda la calidad del grupo. Para ello, el profesor Carrasco alineó de inicio al mismo equipo con el que terminó jugando ante los belgas.
Los volantes salvadoreños trataron de ser más verticales esta vez más para aprovechar las carreras de Mon Martínez y Pipo Rodríguez. Al minuto 9, el delantero universitario casi da un giro a la historia al recibir un trazo de Jorge Vásquez, anticipando a la marca y pegando un zurdazo a la base del palo, ante el apuro de los mexicanos por enviar a córner. Hasta el gol de Pelé Zapata en el ’82, El Salvador nunca estuvo tan cerca de gritar un gol en un Mundial.
El Tri contestó con intensidad y probó bastante el arco de Magaña en los primeros minutos, y al 11’ casi lo sorprende Mario Pérez con un zurdazo que buscaba el travesaño y que “La Araña” rechazó a tiempo. “El Gran Salvadoreño” se convertía en figura mientras los locales arrinconaban a su equipo, aunque el guardameta también vio milagros cuando Borja (24’) y Padilla (25’) fallaron clamorosamente frente a sus narices.
Del otro lado, Mon Martínez respondía con un misil que a la puerta del “Cuate” Calderón. Le costaba trabajo, pero la Selecta daba señales de que podía sorprender a México en la contra, rematando de lejos o aprovechando un error de la defensa. La Azul y Blanco estaba de tú a tú con el anfitrión del Mundial.
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Pérdidas de mobiliario y equipo deportivo, entre papelería y otros artículos de trabajo, son parte de los estragos. La falta de techo del gimnasio, a un costado, afectó directamente a esta federación.
El escándalo
Se jugaba el único minuto del tiempo añadido cuando Roberto Rivas busca a Neto Aparicio, pero el mexicano Pérez bloquea el pase y el balón sale del campo. “La Burra” pidió la pelota para sacar desde la banda, pero su rival tomó el balón con las manos para jugarlo desde el suelo dentro del campo. El árbitro Kandil ni siquiera pitó para marcar una falta, algo que tomó a casi todos salvadoreños adelantados hasta mitad de cancha.
Mariona y Osorio, quienes quedaron más cerca de su área, tuvieron que regresar de emergencia cuando vieron correr a Padilla por izquierda. El puntero mandó un buscapié que cruzó toda el área y llegó a los pies de Valdivia, quien acomodó y liquidó por fin a Magaña.
El meta cuscatleco cargó de inmediato contra el asistente bermudeño Keith Dunstan, quien vio de frente la acción, mientras al centro de la cancha el capitán Mariona y sus compañeros discutían acaloradamente con el silbante, insistiéndole que se anulara el tanto y que se jugara el balón desde la banda. Aunque tardó en imponerse y
Kandil tardó en imponer su autoridad en la cancha y trató de disipar la protesta amonestando a Magaña, pero Mariona, rabioso e impotente, disparó el balón a las gradas a la vez que el egipcio pitaba el final del primer tiempo.
Descalabro
Medio siglo después, Mariona ha reconocido que ese episodio desmoralizó al equipo. Prueba de ello fue el segundo tanto de los locales, en la que Valdivia aprovecha el desgano de la zaga y un hueco que dejó el defensa izalqueño para encarar solo a Magaña y cruzarlo hacia el segundo poste.
Con la entrada de Horacio López, México tuvo el segundo aire y tras una breve intervención en el 2-0, pivoteó de cabeza un centro al área de González, al 59’, y permitió que Fragoso empujase la pelota con furia a la cabaña salvadoreña.
Ya sentenciado, El Salvador acabó bajando los brazos, pese a que Mario Monge entró a reforzar la delantera. El equipo ya solo se concentraba en no empeorar el resultado, aunque a siete minutos del final Ninón Osorio se enredaba con Magaña en la salida y el defensa asistió por error a Basaguren, quien marcó el 4-0 a puerta vacía.
