Algunas cosas no cambian: Águila venció a Limeño

Nicolás Muñoz devolvió la alegría al Barraza y le dio al cuadro emplumado su primera victoria del torneo ante los cucheros, pese a que el equipo tuvo más contundencia que fútbol

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Dixon Rivas, de ??guila, conduce el balón ante la marca de un rival de Limeño durante el juego de esta tarde. Foto del Twitter de ??guila.

Por Mario Reyes / Twitter: @MarioDR

2020-10-10 6:17:33

San Miguel volvió a sonreír un sábado por la tarde gracias a su Aguilita, en una jornada histórica por el regreso del fútbol oficial al estadio Juan Francisco Barraza y por la reaparición de Nicolás Muñoz, el hombre que amenaza con apoderarse del récord goleador de la Primera División.

El torneo Apertura 2020 arrancó con un Águila sólido, que jugó bien por ser eficiente pero sin ser demasiado espectacular, que supo administrarse mejor que su rival, Municipal Limeño, y porque la interpretación del árbitro de dos jugadas muy confusas dentro del área le favoreció con dos penaltis bien cobrados por el delantero panameño.

Mientras, el color regresó a las gradas Barraza. La barra emplumada, a un 30 por ciento máximo como el resto de fanaticadas locales de este torneo, volvieron a pisar las gradas de su cancha, aunque a algunos de ellos se les olvidara la noción de la distancia de seguridad o la mascarilla. Sin embargo, quienes sí fueron y cumplieron las medidas recomendadas por la Primera División pueden adjudicarse esta como su primera “victoria” luego de tantos meses de tedioso encierro.

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Primer acto
El partido arrancó lleno de imprecisiones, algo sumamente natural por la falta de ritmo de ambos planteles, y quizás eso también propició dos goles muy rápido en el encuentro.

El primero, de Águila, tomó muy adelantado en el campo a Limeño con respecto a la línea del balón, y Diego Coca tiró un balón largo que Dixon Rivas fue recibir hasta entrar al área, donde cayó frente a la presión de Luis Méndez. El árbitro sancionó penalti y Nicolás Muñoz lo convirtió en el primer gol del torneo, a los 13 minutos.

Limeño se reorganizó rápido y, a los cinco minutos, contestó con una jugada parecida en la que William Canales le mandó el servicio largo a Edwin Sánchez y este encaró con éxito a Benji Villalobos, quien hizo notar que sus débiles reflejos luego de tanto tiempo (18’).
Ya con el 1-1 y los dos equipos bien asentados, el partido se volvió más reñido y se produjeron muchas faltas y cuatro amonestaciones en 25 minutos. La primera pausa de hidratación ayudó mucho a que los jugadores llegaran mejor concentrados al final del primer tiempo.

Acciones que pudieron cambiar el marcador antes del descanso, hubo muy pocas. Solo hubo un falso offside de Canales, por la banda derecha de Limeño, y un centro peligroso de Diego Coca en el añadido, pero que nunca inquietó lo suficiente al portero santarroseño.

Regresando del vestuario, Águila consiguió llevarse el balón en el primer minuto al área contraria. Nico Muñoz pivoteó de cabeza y cuando Coca intentó recibir de frente, la presión de Samuel Giménez lo acabó derribando y el árbitro interpretó esta jugada como penalti. Esta vez, el panameño la clavó debajo del travesaño y con el 2-1 trastocó una vez más los planes del técnico Misael Alfaro para la segunda parte.

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Desenlace
El entrenador limeño trató de impulsar el ataque con Jeison Quiñones y Kevin Oviedo (57’), pero con el costoso sacrificio de “Inter” Sánchez y Canales, los autores de su único tanto. En Águila, Dixon Rivas tuvo que abandonar por fuerza mayor tras una lesión en su hombro derecho, pero lo suplantó Víctor García (60’), bajo las órdenes de un profesor Hugo Coria que dirigió desde la platea.

El partido recobró vida una vez los equipos reconectaron luego de los cambios, pero solo a los migueleños les causó efecto inmediato. Al 68’, Gerbert Chávez tomó línea de fondo por derecha y mandó un centro al que Muñoz no se atrevió a conectar con una barrida dentro del área. Pocos segundos después, un disparo desde fuera del área dejó congelado a William Torres, pese a que se perdía por línea de fondo.

Mientras Águila podía ampliar su ventaja, Limeño continuaba sin reacción y dejó de tener la verticalidad y la fluidez que le daban Sánchez y Canales en la primera etapa. La sensación que quedó era la de un equipo que se quedó un jugador menos, aunque la realidad no fuera esa. Entre tanto, Nicogol buscaba su hat-trick, pero su tiro cruzado al 78’ fue tan flojo que le resultó demasiado fácil de atajarlo al guardameta cuchero.

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