¡ALIANZA! Ábranle espacio a la corona 14 – Por Raúl Recinos
El rodaje que tiene el plantel paquidermo en finales pesará en la disputa del título el próximo domingo en el Cusca. De lo que debe cuidarse Alianza es del hambre de los jóvenes fasistas.
La experiencia que tiene Alianza será clave en la final del torneo Apertura 2019 que jugará contra FAS. No hay duda que el ambiente de este partido será más grande que el de las últimas seis disputas de la corona que enfrentó. Mucho debate se genera en cuál es el clásico nacional, donde el hincha aliancista siempre pone a su equipo. Sin embargo, este duelo tiene un ingrediente especial adentro y afuera de la cancha.
Hay un sector de aficionados albos que todavía no digiere la final perdida contra Águila, esa que dolió porque el equipo estaba frente a un rival criticado por su estilo de juego, y daba pocas esperanzas de doblegar a un cuadro capitalino que arrasó en la fase regular y reservó su cupo en la siguiente fase con anticipación.
Aunque sea un partido distinto a lo que pasó en los duelos de la clasificación, Alianza le tiene la medida a los tigrillos desde hace ratos. Para recordar, el equipo blanco no pierde un partido ante su acérrimo contrincante desde hace más de 20 meses. Hay que ir a los registros del 2018 para saber que FAS venció 2-1 al actual subcampeón nacional.
El rodaje y la madurez que tiene este Alianza es mayor ahora. No cualquier equipo llega a siete finales seguidas, aunque la efectividad esté por debajo de lo que merece la afición. El equipo sabe que ganar esta final le servirá para recobrar la confianza de la hinchada.
A la buena racha contra los tigrillos de 20 meses sin perder, también se debe dar crédito al 2019 que ha tenido cuando juega en el estadio Cuscatlán. Aunque en cantidad de aficionados se espera que esté parejo, con los 15 mil boletos que hay disponibles para cada hinchada.
Este año, Alianza jugó 36 partidos en el Monumental, entre los dos torneos domésticos, Copa El Salvador y Liga Concacaf. 28 fueron victorias, cinco empates y tres derrotas. Estas últimas, muy dolorosas, pero no hay mejor forma de reivindicarse con ellos mismos y su gente, que derrotando a los santanecos.
¡FAS! Ganará la final con el corazón – Por Robbie Ruud
FAS quiere cortar una sequía que ha durado una década justo en esta semana. Ahora vive un momento inmejorable. El “tigre” podría imitar al Águila y sorprender a un albo que goza de un amplio repertorio.
Esa doctrina vertical de los números puede ser fácilmente cuestionada y destruida por la fantástica “lógica” del fútbol; esa que no entiende de historiales, series y cifras. FAS vive un momento anímico incuestionable. De la mano de un exjugador como su timonel, ha recuperado la esperanza de coronarse de nuevo como rey del fútbol nacional.
Es cierto, romantizar la garra y el honor es un vicio de quienes huyen de los fríos números. Pero FAS tiene la capacidad de acelerar y ganar cuando lo necesita, eso es lo que hace muy peligroso al cuadro santaneco. Pese a no exhibir un fútbol vistoso en la semifinal contra Santa Tecla -instancia donde se decantó por la practicidad- minimizó con ello a un equipo colinero carente por completo de fondo de armario.
No siempre un conjunto con las revoluciones a mil, con chapa de guerrero y con presencia casi dictatorial en los corazones de la afición, ganó una final y se coronó; mas el precedente reciente de Águila invita a creer que FAS pudiese emular a los emplumados. Águila no exhibió cosas extraordinarias ante Alianza en la final del Clausura 2019, pero dominó una idea y la impuso ante un equipo albo que se estrelló contra una pared, y que ante la incapacidad de resolver flaqueó y cedió ante los negronaranjas.
FAS también conoce muy bien cómo está la cancha del Cuscatlán este torneo, así que eso no será excusa. Tampoco lo será la partición del aforo, ya que tendría la mitad. Si FAS propone el mismo juego mostrado ante Tecla a un Alianza muy ofensivo, podría desesperar fácilmente a los albos.
Varios kilómetros lejos de San Salvador, y varios años atrás, recuerdo a un Chelsea que en la previa de la final de Champions 2012 lucía como víctima ante el Bayern, que ante su público, y con un fútbol tanto directo como efectivo, partía como favorito. Los “Blues” lo ganaron con paciencia, mucho corazón y caminando sobre carbón encendido. ¿Quién dice que no se puede ganar también con el corazón?.