El ABC del deporte: “Pelé” Zapata, mito de la Selecta y orgullo cuscatleco

El único futbolista nacional que puede presumir de aparecer en la lista de goleadores en un Mundial, mayor. En el fútbol nacional también ha hecho historia

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Luis Baltazar Ramírez Zapata, único goleador salvadoreño en una Copa del Mundo. Foto EDH / Archivo

Por Wilfredo Hernández

2019-11-27 6:00:14

Nombre: Luis Baltazar Ramírez
Fecha de nacimiento: 6 de enero de 1954
Edad: 65 años
Nacionalidad: Salvadoreña


ÁGUILA. El equipo de sus amores. Con los migueleños tuvo dos etapas, de 1971 a 1976, antes de irse al fútbol costarricense a jugar con Cartaginés. Regresó al fútbol nacional para reforzar al Alianza, con quien quedó subcampeón. Con Águila ganó cinco campeonatos nacionales, y luego, a los 39 años, se retiró en Dragón.

BALBOA. Después de entrenar al Águila, en sustitución de Gary Stempel, en 2007, se fue para La Unión a entrenar al Balboa, en la Segunda División. “Le salvé la categoría a Balboa y luego me sacaron. Llegó un entrenador y les preguntó ‘¿cuánto gana Zapata? tanto le dijeron. Yo les gano la mitad”. Y se fue al ADI de Intipucá.

CARTAGINÉS. En 1977 se fue a jugar a Costa Rica. Fue su primera experiencia en el extranjero. “Me dieron 10 mil dólares de ficha y me pagaban mil dólares mensuales”, dice Zapata. Acepta que le hubiera gustado quedarse a vivir en Costa Rica, pero le salió una oferta del Puebla mexicano.

DESCALSO. Zapata recuerda que comenzó jugando “chuña” (descalso) en su natal San Miguel, cuando era delantero en la escuela Confederación Suiza. Una vez empezó un partido jugando con tacos, pero le apretaban y le molestaban, por lo que un maestro le ordenó que se los quitara “y terminé echando dos goles”, dice.

ENERO. Luis Baltazar Ramírez Zapata nació el día 6 de enero de 1954. Su madre, María Cristina Ramírez, se hizo cargo de él y sus hermanos a la muerte de su padre, cuando Zapata tenía 14 años. Cuentan que doña Cristina lo castigaba cuando llegaba tarde por quedarse a jugar en la calle.

FRANCISCO. Así se llamaba el barrio migueleño donde nació Pelé Zapata. Ahí se crió y comenzó a jugar al fútbol en la calle, a los 7 años. Le llamaban el barrio de los “patas chucas” porque elaboraban ladrillos. Francisco también se llamaba su padre.

GOL. Zapata es el único salvadoreño que ha marcado un gol en un Mundial mayor de fútbol. Fue el 15 de junio de 1982 ante Hungría. “Yo lo sentí como cuando uno culmina su carrera, yo lo grité como loco y los otros me decían que no lo gritara mucho… Chis, cómo no lo iba a gritar, un gol en un Mundial solo se da una vez, en mi caso”, dije.

HERMANO. Uno de sus grandes referentes fue su hermano Francisco Antonio, también jugador de Primera en equipos como Atlante, Luis Ángel Firpo, Municipal Limeño y Águila. “Él fue el que me guió”, acepta. “Él es uno de los jugadores más legendarios que ha habido en el fútbol migueleño y nacional”, expresa.

INICIOS. Desde los 10 a los 12 años se formó en el Córdova Infantil, equipo fundado y dirigido por el “Peche” Córdova, en San Miguel. A los 16 años llegó a Dragón, en Liga de Ascenso. A esa edad formó parte de una selección en un campeonato Centroamericano y del Caribe en Cuba.

JUAN FRANCISCO BARRAZA. Su gran ídolo y referente. “Siempre quise ser como él. Iba al estadio sólo por verlo jugar y al final de los partidos estar cerca de él”, dice. A los 17 años, el ídolo lo hizo debutar en el equipo mayor del Águila, ante la Universidad de El Salvador, cuando ya Mon Martínez había dejado el equipo.

KILÓMETROS. Por su trabajo actual, es promotor de deportes del Indes, Zapata tiene que recorrer muchos kilómetros para visitar los cantones y caseríos migueleños en busca de talentos deportivos. Ahí organiza torneos intercantonales y luego saca a los mejores y forma una selección.

LESIÓN. Por una lesión estuvo a punto de no ir al Mundial de España 1982, pero cuando le preguntaron cómo estaba él dijo que bien. “Ni demente les iba a decir que estaba mal ¿no iba para un Mundial, pues?”, expresa con una gran sonrisa.

MUNDIAL. “Yo fui al Mundial porque los aficionados de este país lo pidieron”, recuerda Zapata. Y es que recién se recuperaba de una lesión y, según dice él, por otras cuestiones no entraba en los planes de los técnicos, pero por la presión de la afición fue llamado. “No me llamaron ellos, me llamó la gente”, expresa.

NEGRO. Es el otro apodo que le dicen sobre todo en San Miguel. Incluso hay muchos que ni le llaman Pelé. En la selección y en el Águila también le llamaban así. Él acepta que es el que más le gusta porque el otro es mucho, dice. No le desagrada en absoluto el sobrenombre y dice que es por el que hace más caso cuando va caminando por las calles.

OLGUÍN. Jorge Mario Olguín, defensor argentino que se llevó un recuerdo de Zapata del Mundial de España 82. Después de que el zaguero le pusiera una plancha que casi le rompe la pierna, el salvadoreño le partió la frente de un codazo en el segundo partido del Mundial ante Argentina. “Después de eso no me le acerqué”, dice.

PELÉ. El apodo que lo ha acompañado desde los 8 años. Fue el exportero de Águila “Tentación” Ramírez quien lo bautizó con ese sobrenombre una vez que lo vio jugando frente a su casa porque, decía, le recordaba al brasileño cuando jugó el Mundial de Chile 1962. Después de eso ya no se quitó el sobrenombre.

QUEJA. Como muchos exfutbolistas, Zapata se queja de no tener un carné que le de acceso a los estadios. Cuenta que en el partido contra FAS de este torneo no lo dejaban ingresar al estadio Barraza porque no lo conocían. “Es injusto”, manifiesta.

REAL MURCIA. Durante el Mundial, el equipo español le hizo una oferta, pero por desavenencias con el intermediario no pudo quedarse en el fútbol ibérico. “Juan Fernández Segui, quien fuera entrenador del FAS, pedía el 60 por ciento del traspaso para él, lo que no me pareció” acepta. En su lugar llegó el catracho “Macho” Figueroa.

SELECCIÓN. Luis Baltazar Ramírez Zapata fue miembro de la selección desde 1971 hasta 1989. Formó parte de la última generación dorada del fútbol salvadoreño y se retiró cuando Mauricio Cienfuegos, Raúl Díaz Arce y compañía comenzaban a deslumbrar. Con la Azul y Blanco anotó 17 goles, aunque él dice que no recuerda.

TRINIDAD Y TOBAGO. El representativo caribeño fue la última selección que enfrentó de manera oficial Luis Baltazar Ramírez Zapata, antes de retirarse en agosto de 1989, después de 18 años -un Mundial incluido- vestido de Azul y Blanco. “Creo que fue contra Trinidad y Tobago, aunque no recuerdo, la verdad”, dice.

UNIVERSIDAD. Pelé Zapata intentó sacar la carrera de administración de empresas, pero el fútbol no se lo permitió. Lo intentó en la Universidad Gerardo Barrios, pero “solo duré un año”. Luego en la UES, pero “la cerraron por la guerra” y en Costa Rica, cuando jugaba con Cartaginés, pero el equipo se lo prohibió.

VOLANTE CREATIVO. A pesar de ser un goleador de cepa, su posición favorita era la de volante creativo. “En mis inicios como profesional era puntero izquierdo, luego centro delantero, pero Conrado Miranda me ubicó de 10 porque decía que me veía condiciones, y me gustó”, recordó.

WASHINGTON DIPLOMATS. El equipo estadounidense (antecesor del DC United) lo contrató en 1988, pero la experiencia fue negativa. “Ni nos pagaron, nos quedaron debiendo casi $9 mil. Se declararon en quiebra y nos venimos antes de tiempo”.

XELAJÚ. Del equipo guatemalteco tiene muy buenos recuerdos, dice. Fue el primer equipo que visitó con el Cartaginés costarricense y era uno de sus cuadros preferidos para meterle goles tanto con la Selección como con otros equipos que lo visitó. “Se me hacía fácil, no se por qué, meterle gol”, recuerda.

YUGOSLAVO. El último técnico que le dirigió en la Selección Nacional fue el yugoslavo Miroslav Vucacinovic. “Él era un técnico que sabía mucho de fútbol y que trató de dejar enseñanza en el fútbol nacional”, dice Zapata. Ya en sus albores, dice que fue una de las mejores selecciones en las que estuvo en su carrera.

ZAPATA. En realidad, el apellido de su padre no está en sus documentos legales. “A mí me asentó mi mamá y como no eran casados solo me puso el apellido de ella, en los documentos estoy como Luis Baltazar Ramírez, conocido como Luis Baltazar Ramírez Zapata”, confiesa.