El ABC del deporte: José Luis “Tata” Brown

Cuando de líderes hablamos en el fútbol argentino es imposible no recordar a José Luis Brown. Caudillo, inmenso defensor, campeón en su patria y del mundo

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Por Robbie Ruud

2019-11-19 10:19:56

Nombre: José Luis Brown
Lugar y fecha de nacimiento: 11 de noviembre de 1956, Ranchos, Argentina
Edad: fallecido a los 62 años en 2019
Nacionalidad: Argentina
posición: Defensa central

ALZHEIMER. La enfermedad neurodegenerativa se llevó al Tata en agosto de este año. “Él ya no puede reconocer, no puede decidir. La enfermedad (Alzheimer) está avanzada. Hasta hace un mes y medio papá me reconocía, pero ya no”, dijo Florencia, su hija, un mes antes de su fallecimiento.

BRAVO. El Tata se dejaba la piel en cada partido, sea en Estudiantes, Boca o, sobre todo en la Selección. Carlos Bilardo, el DT, le decía “Bron” en la selección de Argentina en la Copa del Mundo México 1986. “Si desde que me hizo debutar en Estudiantes, en 1975, me llama Bron, no va a cambiar ahora…”, dijo.

CÁBALAS. Tata Brown contó una vez que él y el grupo albiceleste en el mundial de México 86 tenían muchas cábalas. Una de ellas fue antes del debut, donde comieron hamburguesas a escondidas. Repitieron dicho acto para enfrentar luego a Italia.

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DORMIR. Cuenta el Tata Brown que un día antes de la final contra Alemania en la Copa del Mundo 1986 no pudo dormir ni un minuto en la noche. “Pensar que mañana a esta hora puedo ser campeón del mundo”, se decía una y otra vez el otrora defensor. Vaya héroe.

EL SALVADOR. El “Tata” Brown estuvo en nuestro país en 2008, cuando junto con el Vasco Olarticoechea dirigían la selección argentina Sub-17. Enfrentaron a El Salvador y ganaron con la albiceleste por 3-0 con goles de Villalba (2) y Sergio Araujo.

FLORENCIA. Fue hija del primer matrimonio del Tata. Durante mucho tiempo ella se mantuvo distanciada de José Luis por diferencias entre una pareja y el campeón del mundo. Florencia dio varias declaraciones días antes y tras la muerte de Tata.

GIMNASIA. Una vez Tata Brown confesó que no quisiera que el “Lobo” descendiera de la Superliga. Anhelaba que el arrchirival del “Pincha” permaneciera para que le ganaran siempre todos los clásicos de La Plata. Algo así como “quedate para que te ganemos siempre”.

Foto: EDH | Tata en su visita a El Sal vador en 2008. Mauricio Cáceres

HOYO. El hoyo que le hizo a su camisa para colocar su pulgar y soportar el dolor de su hombro dislocado en la final contra Alemania es algo muy recordado. Así le hizo un gol a los germanos. Hablame de garra. Cuando falleció, todos los equipos del fútbol argentino lo homenajearon haciendo el hoyo en sus camisetas.

IGNACIO. Tata Brown tuvo un hijo, quien también logró debutar con Estudiantes de La Plata pero que ni cerca logró lo alcanzado por su padre, ni por fama, ni títulos, ni garra. Juan Ignacio se retiró jugando en Bolivia, si ton ni son. Muy lejos de lo que logró su difunto padre.

JUEGOS OLÍMPICOS. En Pekín 2008 José Luis Brown lograría la medalla de oro como parte del cuerpo técnico dirigido por Sergio Batista en la selección olímpica albiceleste. Saboreó la gloria desde los dos frentes. Puede contar sus éxitos como jugador y posterior a dicha etapa.

KEMPES. Tata Brown contó una vez que Mario Alberto fue uno de los delanteros que más le costó enfrentar y parar en la cancha. Ganarle un mano a mano al “Matador” era una proesa para un defensor en aquellos días, y para el Tata no era la excepción.

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LUCIO. Tata Brown no salió de una familia futbolera, pero un tío suyo llamado Lucio le regaló un balón artesanal al Tata a sus siete años; y partir de ahí se enamoró del fútbol hasta su muerte. Su mejor recuerdo de la infancia, contó una vez.

MATE. Una de sus frases icónicas fue: “Creyeron que yo iba a México a cebarle los mates a Bilardo”. Esto contó Brown en la que fue una apuesta del ‘Doctor’ Bilardo, al ser convocado para el Mundial cuando se encontraba sin equipo. Les dio una gran lección a todos sus detractores, a pesar de ser gran mateador.

NUEVA CHICAGO. Fue el primer equipo donde ejerció como director técnico tras varios años de retiro. Primero estuvo en Almagro como segundo entrenador. En la actualidad, con una pésima racha, Nueva Chicago lucha por no descender hacia la tercera categoría del fútbol argentino. Una pena.

OFFSIDE. Como líbero, el Tata Brown, en la mayoría de los equipos donde jugó, fue el encargado de dar la orden para adelantar líneas en defensa y dejar a los delanteros en fuera de juego. Un genio para eso. Hoy en día la posición de líbero no existe más. Las defensas hoy no juegan con esa figura en el centro de la última línea.

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PINCHA. Con Estudiantes ganó el trofeo de la Primera en Argentina por partida doble y de forma consecutiva. Eso pasó en los años 1982 y 1983, sus únicos títulos a nivel de clubes. Algo que sin duda no estaba en el radar de muchos. Sí, el Tata no era coperísimo, pero lo que ganó es un privilegio de pocos.

QUEJAS. El Tata Brown fue un tipo que detestaba las quejas en la cancha, no las perdonaba a nadie. Un día le preguntaron si en algún momento de la final sintió cansancio, pero él dijo: “Nooooo, estaba pasado de vueltas, aparte con el gol”…. Un tipo pasado de revoluciones y de energía en el campo. Incansable.

RUSSO. Miguel Ángel, scu compatriota, fue el último entrenador con el que Tata Brown tuvo contacto como futbolista antes de su retiro, Russo lo quería para Lanús. El entrenador, apenas un año mayor que Brown, fue despedido de Cerro Porteño en octubre y de momento está sin club. Parece que ha perdido mística y espíritu ganador, Miguel Ángel. Tata lo apreciaba mucho.

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SEMÁFORO. Tras parar en una luz roja, Brown, quien entrenaba con Lanús, se resintió de un dolor insoportable de rodilla mientras conducía. Tras quejarse en dicho semáforo giró en U y tomó la decisión de no jugar más. Así, a secas, sin darle más vuelta al asunto. Una decisión corta y radical.

TATA. Fue un apodo que le pusieron sus hermanos por andar pegado a un vecino. El apodo le molestaba mucho a José Luis, y por eso le quedó. Un día reconoció que la gente lo conocía más por “Tata” que por su nombre.

UBÉRRIMO. Es un calificativo en castellano que sirve para definir lo abundante y fértil. “Tata” Brown fue parte de una gran cantidad de caudillos en el fútbol argentino, pero que hoy, curiosamente, escasean para la albiceleste absoluta. En los años setenta, ochenta y noventa abundaron los capos como él.

VALDANO. Jorge y Tata fueron notificados previo a Italia 90 que no participarían con la selección albiceleste, esa que a la postre terminaría subcampeona tras perder con Alemania. “Yo había llegado con lo justo al 86, imaginate con cuatro años más…”, recordó un día.

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WORLD CUP. Jugó solo una Copa del Mundo, y la ganó en México 1986. Inauguró el marcador, lesionado, ante Alemania en la gran final. Brown contó una vez que se apoyó en Maradona para ganar en el salto y anotar a los germanos.

XENEIZE Tata Brown jugó en 1985 para Boca Juniors, uno de los clubes argentinos más ganadores en los últimos años. Un día donde le preguntaron a secas: ¿Boca o Racing?, a lo que Brown contestó: “Yo tengo corazón bostero”. Claro, seguro hablaba solo de una fracción de su órgano, en su mayor parte “Pincha”.

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YACARÉ ECHEVARRÍA. Fue su preparador físico en Estudiantes de La Plata y en la Selección argentina. También fue su amigo. Recuerdan el abrazo entre ellos tras el título pincha en 1982 imponiéndose en el último partido a Talleres por 2 a 0, goles convertidos en el segundo tiempo porBrown y Hugo Gottardi.

ZUBELDÍA. Tata Brown nunca cruzó palabras con Osvaldo, a quien admiraba mucho. Entrenó a la “Bruja” Verón papá, Aguirre Suárez, y otros a quienes consideraba como “monstruos” de la institución deportiva que rebalsa su corazón.