“El fútbol es libertad. Necesito el fútbol, ser libre”. La frase es del cantante jamaiquino Bob Marley en una entrevista de antaño, con las rastas al viento, en medio de una verde cancha en la isla del Caribe, donde jugaba fútbol para sentirse libre y crear su música. Cuánta relación tiene lo dicho por el ícono del reggae si lo trasladamos aquí, en medio del Penal La Esperanza, en Mariona.
El fútbol, esa pelota rodando entre marco y marco, se ha convertido en un espacio de libertad. En un símbolo. Lo absorben como oxígeno puro 16 privados de libertad, quienes desde 2018 entrenan dos veces por semana bajo las órdenes del exseleccionado nacional Daniel Sagastizado, que también está preso.
Aprenden a hacer “toque fino”, como les exige Sagastizado… porque si le pegan al balón muy fuerte, las pelotas salen disparadas por los aires y se estrellan contra el alambre razor arriba de los muros del penal, y se desinflan. Les quedan dos.
Así que lo que vemos en los entrenamientos es intensidad, toque a ras de piso y potencia colocada en los disparos, todo con sudor y entrega en las dos canchas que hay en Mariona: una de tierra y otra de cemento. No es la grama de Marley.
Cuando estos futbolistas-reos de celeste entrenan, los demás dejan lo que están haciendo para ver la práctica. Uniformados de blanco, el resto de privados de libertad observa con admiración y respeto a los seleccionados del penal. Son “la Selecta” del lugar. Los que salen.
Esos 16 jugadores de Mariona tienen la oportunidad de entrenar dentro del penal dos veces por semana, como parte del programa Yo Cambio, instalado por el gobierno anterior del FMLN y retomado por el actual. Y entrenan fuerte porque saben que pueden ganarse un cupo en la Selección interpenales, formada por los mejores talentos de 18 cárceles del país, una selección que ya ha hecho no menos de 11 salidas fuera de los penales para ir a jugar contra equipos profesionales. Sí, fútbol es libertad.
En abril de 2019 fue la más reciente, cuando empataron sin goles ante la reserva del Santa Tecla en el estadio “Mágico” González. También hace poco enfrentaron al Marte Soyapango.
Los reos-jugadores de Mariona son elegidos por Sagastizado, quien para seleccionar talento desarrolla minitorneos. En cada celda hay entre 20 a 30 reos, y sacan a los mejores 11 de cada celda para hacer un campeonato interno, de unos 40 equipos, y se van eliminando por llaves hasta sacar al campeón. En el proceso, el exjugador de FAS, Balboa, Limeño y Dragón selecciona a los que tienen talento, claro, pero también a quienes muestran intenciones verdaderas de reformarse.
“Muchos tienen delitos como droga, estafa, extorsión, delitos que son de pocos años de condena. Todo eso se evalúa”, explica Sagastizado, quien considera que los jugadores-reos que entrena tienen el talento para jugar en las ligas de El Salvador, y en equipos “grandes”.
“La mayoría de jugadores que tenemos tiene la capacidad, se los está diciendo alguien que jugó al fútbol, que tiene el entendimiento de haber vestido la camisa de El Salvador, nadie me la regaló. En ese tiempo la camisa se sudaba, se ganaba, y por eso era convocado. Ese es el refrán que le pongo a ellos, que se ganen la camisa, porque no se la voy a regalar a nadie”.
La labor de Sagastizado es deportiva, pero también le apoyan cinco profesionales de la psicología y trabajo social, quienes dan seguimiento a los progresos de cada interno.
Para integrar finalmente a la Selección interpenales, “evaluamos aproximadamente entre 60 a 70 jugadores, y lo más que entra a ir al evento (fuera de los penales) son 18 a 20 jugadores”, detalla Sagastizado.
Son estos jugadores los que, como Marley, pueden disfrutar del fútbol en aires de libertad, también contra equipos de otras cárceles.
Osiris Luna, director de Centros Penales, explica en entrevista para Cancha que darán continuidad a este programa deportivo de Yo Cambio, no sólo en fútbol, sino también con deportes como voleibol, tenis de mesa, baloncesto y ajedrez, entre otros más que ya están presentes en las cárceles.
“El deporte es importante porque se pueden controlar manejos de ira, entre otras cosas, que pudieran llegar a tenerse dentro de una prisión”, y les ayuda a combatir el ocio.
El objetivo último de este programa es probar que los reos “sí se quieren rehabilitar, quieren tener otra oportunidad, no solo en el deporte, sino en todo, para que cuando vuelva a la sociedad verdaderamente la gente no lo vea con un odio o ese estigma por haber estado en prisión”, remarca Luna.
“El fútbol es todo un mundo, un universo en sí mismo”, decía Bob Marley. Aquí, en Mariona, sus palabras cobran más sentido.
De la Selecta a entrenar reos en Mariona: la vida en la cárcel de Daniel Sagastizado
Ha estado en la cárcel desde 2008, pero desde el año pasado entrena a los privados de libertad en el penal, donde ya formó una selección. El exjugador de FAS y Limeño, entre otros, narra sus errores y su fe en salir adelante.