“Nos hicieron una sinvergüenzada”: Chamba Mariona, sobre el juego ante México en 1970

Aunque los mundialistas aún todavía recuerdan con pesar el episodio con el árbitro, rescatan el buen juego de la Selección ante el Tri en el Azteca.

Los jugadores salvadoreños le reclamaron al árbitro egipcio Aly Hussein Kandil tras el primer gol de la selección de México.

Por Mario Reyes/Roberto Leiva | @MarioDR / @RobbieRuud

2020-06-06 10:29:17

Han pasado 50 años y los mundialistas salvadoreños aún recuerdan con amargura el minuto 45+1’ del partido contra México. A segundos de firmar una primera parte impecable contra el anfitrión de la Copa del Mundo, un despiste del árbitro Aly Kandil propició un gol fatídico que descolocó por completo a los centroamericanos.

Salvador Mariona, uno de los que discutió de frente con el desaparecido juez egipcio, cuenta su versión de la polémica: “El balón lo tenía en sus manos Roberto Rivas y nosotros nos íbamos a ubicar cerca de él. El jugador mexicano se la quitó de las manos y sacó, el árbitro no pitó, nos quedamos parados esperando a que pitara y nos la diera a nosotros, pero dejó seguir y nosotros, corriendo para atrás, nos meten el primer gol”.

Junto al defensa cuscatleco también reclamaba media selección salvadoreña. A un costado, Raúl Magaña, Ernesto Aparicio y Salvador Flamenco trataban de hacer entrar en razón al juez de línea para que convenciera al principal. “El árbitro miraba al lineman, y este como que le decía que no se había dado cuenta de nada, nunca levantó la bandera”, recuerda el mediocampista.

El salvadoreño Jorge Vásquez (8) sostiene duelo aéreo con el mexicano Enrique Borja (9), en acción de la Copa del Mundo de la FIFA de 1970.

En la tómbola central, los jugadores le mostraban a Kandil sus dorsales para que este les sacara tarjeta amarilla en solidaridad con Magaña, amonestado segundos antes. De la cólera, Mariona tiró el balón a las gradas y produjo así una de las imágenes más curiosas en la historia de los Mundiales.

“Mi pelotazo a las gradas fue de cólera por la injusticia. Cuando íbamos en el túnel del Azteca lo íbamos ultrajando (al árbitro), quizás alguno de nosotros le pegó una patada porque sentimos que nos hicieron una sinvergüenzada. Nos enfocábamos en que el balón no era de ellos y que le consultara con el lineman, pero no quiso. Lo único que hacía era que cuando nosotros quitábamos la pelota del centro de la cancha, él la volvía a poner”, dice el excapitán.

Pese a la bronca generalizada, no todos los salvadoreños cargaron contra Kandil ese día. Pipo Rodríguez recuerda que él no intervino en la protesta, pues sabía que él, como cualquier silbante, no iba a modificar su fallo.

“Kandil nos ganó primero el partido… El resto de goles fueron fáciles para ellos porque nosotros estábamos molestos, amargados…En el vestuario, tras el primer tiempo, todos estábamos callados, achicados, con la convicción de que no podíamos nadar contra corriente. Si el árbitro había dejado pasar eso iba a dejar pasar cualquier cosa. Si no, la clasificación de México peligraba”, sostiene el delantero.

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Al percibir que el arbitraje estaba parcializado aquella tarde, el equipo prácticamente dio el partido por perdido, y con ello consumada la eliminación del Mundial.

“Entramos un poco confundidos, ya enojados, y quizás era necesario un sicólogo en ese momento, pero Don Hernán (Carrasco, DT), nos motivó para que siguiéramos en el partido. Entramos, pero ya no jugamos el segundo tiempo como debimos. Entramos con mucho malestar, más con cosas de vengarnos y pegar más patadas a los mexicanos, y nos hicieron dos goles más”, reconoce Mariona.

Hasta el día de hoy, los exjugadores creen en la teoría de que todo fue parte de una conspiración para facilitar la clasificación mexicana para cuartos de final. “Estaba favoreciendo al país sede. Casi siempre les echan una mano para que pase a la segunda etapa y que el país organizador tenga un poquito más de participación”, añade el defensa.

Pocos saben que ese México-El Salvador fue el segundo y último cotejo mundialista de Kandil, quien para ese entonces tenía nueve años como internacional. Nacido el 20 de diciembre de 1921 en El Cairo, Egipto, también en su haber otros seis juegos mundialistas entre 1966 y 1970, aunque solo fue principal en el Corea del Norte-Chile del ‘66 y en los otros fue asistente. Donde quiera que esté, aún se le recuerda en esta tierra, aunque sea para mal.

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