Celta y Barcelona chocaron en Balaídos en otra jornada más de la liga española. El Barcelona, obligado a ganar, fue a Vigo por los tres puntos, pero no lo tendría fácil, porque el local se ha jugado a muerte cada juego para esquivar el descenso a la Liga Adelante.
En los primeros minutos Piqué, con su siempre espíritu de atacante estuvo a punto de vulnerar la meta de Rubén Blanco. Un córner sacado de Messi encontró a Gerard, y el defensor del Barcelona conectó de cabeza, pero el balón se fue al travesaño para infortunio azulgrana.
Luego el Celta intentó sorprender a la contra con Smolov o Aspas, pero eran meros amagues a la meta de Ter Stegen, quien se mantenía atento para evitar cualquier susto. El equipo celeste salió un tanto defensivo, pero con la idea de dañar como un puñal con rápidas transiciones y pocos toques.
A los 19 minutos un tiro libre de Messi fue toda una caja de sorpresas: en lugar de un disparo a puerta, el argentino, el rey de los engaños, en lugar de disparar, asistió para la cabeza de Luis Suárez, quien la hundió sin mayores problemas muy cerca del arco viguense. Con el 0-1 llegó el bálsamo tranquilizador para el equipo azulgrana, que lució ansioso por marcar pronto el desequilibrio.
El actor colombiano, recordado por su papel de Pablo Escobar, en “El patrón del mal”, conversó con Los Provocadores sobre “El Pre$idente”, serie que recuerda el caso del FIFA Gate.
La reacción local no tardó en llegar, pero Smolov no avivó y por un momento parecía que el susto se disipaba para los de Setién. El Celta insistió en la misma jugada y logró recuperar el balón al borde del área, Aspas quedó mano a mano con Ter Stegen pero Alba tapó para córner. El Celta esperó a recibir el daño para ser más claro en ataque.
Brais tuvo el empate y su remate cruzado de zurda se fue al segundo palo del guardameta alemán, ya vencido, pero el balón rebotó justo en el la base del poste y el Barcelona se salvó del empate por segunda vez en menos de cinco minutos. Los norteños sabían que esa era la única manera de dañar a un Barcelona sin la posesión del esférico.
Vidal, quien tenía opción de pase con Semedo por derecha, decidió tirar y le salió un buscapié que estuvo cerca de conectar Luis Suárez a boca jarro. El Barcelona sabía que asegurar el segundo pronto era fundamental ante un Celta demasiado peligroso con el balón en los pies de su recurso humano más habilidoso. En media hora, había que decirlo, un partidazo.
Un dato curioso. Messi, dando o recibiendo asistencia, se ha combinado con Suárez en un total de 81 goles. Con nadie más logró una sociedad tan efectiva de cara a las redes. Para que tengan una idea, en el mismo rubro, logró 47 goles con Iniesta y 42 con Neymar.
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El argentino, elemento diferenciador del Barcelona, por lejos, estuvo cerca de anotar un gol olímpico justo al descanso, pero Rubén Blanco sacó con los puños contiguo a la línea de meta. Tras ello el árbitro corroboró rápido con el VAR y se animó a dar el pitazo final. Un 0-1 con mucho vértigo y con una agradable sorpresa: Riqui Puig, suelto para pasar y ejercer marcas en el medio campo visitante.
En el inicio de la segunda parte, Smolov se redimió tras un primer acto deficiente. El ruso anotó el empate 1-1 a los 49 minutos de juego. Un pase de Okay fue clave para que el de Europa del Este vulnerara a Ter Stegen. Todo esto generado por un pase errado de Rakitic.