La final de esta temporada contó con muchas peculiaridades, quizás la mayor de todas fue el hecho de no contar con aficionados en las gradas del Estadio da Luz de Lisboa, Portugal, la sede que escogió la UEFA para su burbuja tras la pandemia por el coronavirus.
Otra de las cosas curiosas fue el hecho que en la transmisión de televisión de los partidos siempre se escuchara el sonido de la afición, a pesar que no hubiera presencia de gente en las gradas. Eso fue gracias a un acuerdo que tuvo la UEFA con la empresa generadora de la señal de origen, para transmitirle a la afición un ambiente más cercano a la realidad, tal como sucedió en las ligas de Italia, España, Alemania tras la reanudación del fútbol.
Pero algo que ya con el resultado se puede hablar con propiedad es que, para muchos, Hansi Flick era un desconocido al principio de la temporada. Pero diez meses después se ha convertido en una leyenda para el Bayern Múnich, al que ha conducido al segundo triplete Bundesliga-Copa de Alemania-Liga de Campeones de su historia.
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Antes que Flick, únicamente un hombre había logrado un éxito tan importante con el gigante bávaro, Juup Heynckes en 2013. Pero en ese caso se trataba de un entrenador de prestigio y de larga trayectoria.
El caso de Flick, ganar la Liga de Campeones en su primera temporada en el banquillo, sin experiencia de entrenador en primera división en una gran liga, le equipara además a emblemas como Josep Guardiola o Zinedine Zidane, que hicieron campeones de Europa al Barcelona (en 2009) y al Real Madrid (en 2016) pese a su inexperiencia en los banquillos.
El camino del campeón comenzó el 18 de septiembre del año pasado, con una victoria de 3-0 ante el Estrella Roja de Belgrado, que contó con anotaciones de Kingsley Coman, Robert Lewandowski y Thomas Müller.
En la segunda fecha, realizada el 1 de octubre, el equipo bávaro vapuleó por 7-2 al Tottenham Hotspur, en el duelo que pintaba como el más parejo al ser los dos equipos más fuertes del grupo. Anotaron Serge Gnabry -4-, Robert Lewandowski -2- y Joshua Kimmich.
El 22 de octubre padeció bastante en Grecia, pero ganó por 3-2 al Olympiakos con un doblete de Robert Lewandowski y un gol de Corentin Tolisso.
Para la cuarta fecha, el 6 de noviembre venció en el segundo duelo ante los helénicos por 2-0 al Olympiakos con un gol de Robert Lewandowski y otro de Ivan Perisic. El polaco ya llevaba seis goles.
En la última tanda de la fase de grupos, el 26 de noviembre le encajaron seis goles al Estrella Roja de Belgrado con otro poker de Robert Lewandowski y dianas de Leon Goretzka y Corentin Tolisso.
La fase de grupos la terminaron el 11 de diciembre venciendo por 3-1 al Tottenham, con un cuadro más relajado, gracias al pase conseguido con anterioridad, en ese duelo anotaron Kingsley Coman, Thomas Müller y Philippe Coutinho.
Para los octavos de final, los bávaros fueron uno de los pocos planteles que pudo terminar su emparejamiento, debido a la pandemia del coronavirus. El primer duelo ante el Chelsea fue el 25 de febrero y dejó un contundente 0-3 para los de Flick, gracias al doblete de Serge Gnabry y otro de Lewandowski.
Por la suspensión del torneo, el juego de vuelta se realizó casi seis meses después, el 8 de agosto en su estadio, Allianz Arena, para sentenciar la serie con victoria 4-1 al cuadro blue. Anotó otro doblete Robert Lewandowski y lo acompañaron Perisic y Tolisso.
Seis días después, le endosó la peor goleada en su historia al Barcelona a son de 8-2, con dobletes de Thomas Müller y Philippe Coutinho, más anotaciones de Ivan Perisic, Serge Gnabry, Joshua Kimmich y Robert Lewandowski.
En semifinales no pasaron muchos aprietos para ganarle 3-0 al Olympique de Lyon con un nuevo doblete de Gnabry y otro gol de Lewandowski.
Y la final, donde superaron por la mínima al PSG con anotación de Kingsley Coman. ¿Casualidad? El primer y último gol de esta temporada fue anotado por el mismo jugador. Además, son los primeros en ganar todos los partidos de una competición de la UEFA.
Un Bayern Múnich que ya escribió con letras doradas su nombre en la historia.
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